En América Latina, y en Chile en particular, tenemos una larga experiencia de luchas sociales que han sido expresión de un modo no-violento de asumir el conflicto y el cambio social. Las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina, o la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y la Comisón Contra la Tortura Sebastián Aceveado, son uno de los tantos ejemplos que uno pudiera citar. Pero, ¿qué es la violencia, y desde ahí, qué es la no-violencia?
A continuación algunos recursos que la Unesco ha sistematizado.
¿Qué es la violencia?
La violencia puede tener muchas expresiones y ser percibida de diversas maneras en los distintos países y entre las distintas culturas. Si bien no existe una definición universalmente adoptada de este término, la Organización Mundial de la Salud ha propuesto la siguiente definición operativa de violencia:
“El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastorno del desarrollo o privaciones”. Se pueden identificar tres categorías principales de violencia:
- La violencia autoinferida se refiere a comportamientos deliberados y agresivos dirigidos hacia la propia persona que pueden culminar en el suicidio. Entre otros tipos de violencia autoinferida se incluyen los intentos de suicidio y los comportamientos autodestructivos donde la intención no es provocarse la muerte (por ej., la automutilación).
- La violencia interpersonalia se ha definido como un comportamiento violento entre personas - conocidas o desconocidas - que puede ser caracterizado como una relación entre agredido y agresor. La violencia interpersonal puede ser clasificada de acuerdo a la edad y al sexo de la persona agredida. La violencia contra la mujer constituye un importante ejemplo de este fenómeno de presencia mundial que suele ser ignorado. Este tipo de violencia puede ocurrir dentro del seno familiar o al interior de la comunidad y puede ser perpetrado o tolerado por el Estado. Entre otros tipos de violencia interpersonal se pueden mencionar el abuso infantil, actitudes de amedrentamiento, y el acoso y la violencia vinculada con actos criminales como el asalto y el homicidio.
- La violencia organizada consiste en comportamientos agresivos llevados a la práctica por grupos sociales o políticos motivados por objetivos específicos de carácter político, económico o social. La guerra y el conflicto armado se encuentran entre los tipos de violencia más altamente organizados. Otros ejemplos de violencia organizada son los conflictos de origen racial o religioso o entre grupos, así como la violencia entre pandillas o integrantes de mafias.
¿Qué es la no-violencia?
De acuerdo a sus defensores, la no-violencia no constituye simplemente una negativa al uso de la violencia ni un llamado al pasivismo. Los proponentes de la no-violencia no niegan que el conflicto entre seres humanos sea inevitable, aunque tampoco apoyan las actitudes de sumisión ante la persecución, la obediencia a “autoridades” injustas o el acatamiento de condiciones que implican la trasgresión de los derechos humanos propios o de terceras personas. A quienes argumentan que la violencia es una respuesta “natural” del hombre ante el temor o las amenazas, o que el ser humano es “naturalmente” capaz de hacer el mal, responden que el ser humano posee una singular capacidad, igualmente “natural”, de razonar, así como una inclinación hacia hacer el bien. Por consiguiente, la violencia y la no-violencia son dos formas opuestas de responder ante conflictos y el ser humano está habilitado para elegir cuál de las dos practicar. Independientemente que el objetivo sea una elemental autopreservación o un ideal más elevado como la paz en la Tierra, los defensores de la no-violencia sostienen que los principios y métodos propugnados por la no-violencia son mucho más efectivos que la adopción de la violencia y las consecuencias que ella conlleva, tanto en el corto como en el largo plazo. Un principio fundamental de la no-violencia es que los derechos humanos nunca deben verse comprometidos en aras de un fin, y que todas las formas de violencia, ya sea autoinferida, o entre personas o estados, atentan contra los derechos humanos. Por ejemplo, las acciones violentas vulneran los derechos garantizados bajo la Declaración Universal de derechos Humanos, que incluyen, entre otros:
- el derecho a la vida, libertad y seguridad de una persona;
- el derecho a no ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes;
- el derecho a igual protección ante la ley;
- el derecho a protección legal contra ataques a la honra de las personas o a su reputación;
- el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; y
- el derecho a la libertad de opinión y de expresión.
Asimismo, en la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer donde este tipo de violencia se define como:
“todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”, los signatarios afirman que la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales de la mujer.
En la Convención sobre los derechos del niño documento donde los signatarios se comprometen a proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, y proporcionar educación que promueva el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales; y
la preparación del niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena.
Por lo tanto, la violencia como vehículo de resolución de conflictos debe ser rechazada, en tanto que se hace necesario identificar otras formas de enfrentar situaciones conflictivas, que amparen los derechos de todos. Este es el imperativo propugnado por la no-violencia. La acción no-violenta, es consistente con principios tales como:
- la humanidad, la diversidad, la igualdad, el respeto, la tolerancia, la solidaridad y la armonía
- la racionalidad, la moralidad, la responsabilidad y la universalidad
- la libertad, la justicia, el estado de derecho, la cooperación y la democracia
Los métodos propugnados por la no-violencia pueden clasificarse bajo dos categorías generales:
aquellas que alientan el desarrollo de comprensión, actitudes y destrezas que contribuyen a reducir la incidencia de conflictos entre personas y sociedades; y prácticas específicas de resolución pacífica de disputas, por ejemplo, la resistencia no violenta, las acciones políticas y cívicas, la negociación y la mediación.
La UNESCO, integrando los principios y métodos de la no-violencia a una definición operativa de este término, la ha definido como “una teoría y práctica holística que rechaza la agresión y la violencia a fin de lograr objetivos o resolver conflictos de una manera constructiva”.
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