01 abril 2007

Muchas gracias



Todavía está todo muy fresco, son muchas las emociones vividas en la jornada por la memoria de los Manueles que realizamos el sábado 31 de marzo en el frontis del ex Colegio Latinoamericano de Integración, desde donde se llevaron a José Manuel y mi padre hace 22 años atrás. Necesito tiempo para disfrutarlo y rumiarlo, como diría Nietzsche, pero no podía dejar de expresarles de inmediato mi tremendo agradecimiento por lo allí ocurrido.

Simplemente fue una jornada espléndida, con todos los elementos y características que nos habíamos propuesto: fresca, alegre, buena onda, comprometida políticamente, que realmente logró unir a un montón de generaciones de un paraguazo haciendo memoria colectiva. Desde don Lucho Corvalán y mi abuelo materno -de noventa años cada uno-, pasando por la generación de los sesenta de los Manueles, los universitarios de los setenta, mis amigos ochenteros de los "Actores Secundarios", los jóvenes de los noventa con Rodrigo Roco en un feliz regreso para quienes no lo habíamos visto, los del 2000 ayudando en todo, y un enjambre de pequeñitas de meses de edad y enanos de cinco-seis años saltando encima del chancho de Roger Waters y pintando las paredes del Latino y de paso la ropa de sus padres. Conseguimos que un Bibliobus viniera a la actividad, por lo que los peques mientras oían música pudieron leer junto a sus padres.

Hubo mucho, mucho sentimiento que se vivía en la piel, un tremendo reencuentro de mucha gente que ya no se asomaba a estas actividades, con jazz de primer nivel, cumbiancheo, trova "ventilador" que no dejó mono con cabeza, música clásico andina, scrach, niños cantando a coro la canción "Homenaje" con Luis Lebert; cambio creativo de nombre de la calle El Vergel por "Guerrero y Parada"; se intervino la vereda en el frontis del colegio donde quedaron grabadas las palabras "Memoria y vida" con letras de metal bajo recina de color... Una jornada de 5 horas sin parar que culminó en un hermoso velatón, retomando el rito de

22 años de hacer memoria y proyectarnos desde ahí con nuevas energías y compromiso con la vida digna con justicia social y acceso a la cultura para todos y todas. Pude observar como niños de cuatro a cinco años de edad encendían las velas y preguntaban a sus padres que qué significaba esto, y ellos hallaban un modo amable de contarles la historia, sembrando así la semilla de la memoria, que es el mejor camino para asegurar un Nunca Más.

En fin, fueron muchísimas las cosas que pasaron, y como comentó el tío Leopoldo Muñoz que intentó salvar con vida a los Manueles ese 29 de marzo de 1985 resultando baleado, este acto por la memoria "nos dejó las pilas puestas para revolverla unos diez años más sin parar".

Como un botón de ejemplo del apoyo y amplia convocatoria que tuvo la jornada anoten simplemente "con memoria y alegría" en google y verán las decenas de sitios, bloggers, y medios que se sumaron a la actividad. Para todos ellos nuestro agradecimiento, así como a los artistas que participaron y los que no tuvimos tiempo para que subieran al escenario. Gracias por los saludos llegados del exterior, todos los cuales fueron leídos durante la jornada.

Con la fuerza ahí acumulada, nos lanzaremos ahora a concretar el proyecto de declarar el frontis de Colegio Latinoamericano de Integración lugar histórico, para que entre en los textos escolares y no se olvide que de las puertas de un establecimiento educacional el terrorismo de Estado fue capaz de secuestrar profesores ante la mirada atónita de sus alumnos e hijos. Haremos los esfuerzos para cambiar el nombre de la calle El Vergel que colinda con el colegio, por Guerrero y Parada, para que los Manueles entren a los mapas y rutas de la ciudad. Y anunciaremos la apertura de un concurso público para crear una intervención artística frente al lugar, para que el Municipio y la comunidad lo cuide, mantenga y recuerde que la vida no tiene precio, como nuestra memoria por los Manueles, don Santiago Nattino, los hermanos Vergara, Rodrigo Rojas, Victor Jara, Carlos Lorca Tobar, padre André Jarlan, Carlos Prats y tantos y tantas.

Un beso y un abrazo para todos quienes estuvieron ahí, para quienes conocidos y desconocidos nos apoyaron a la distancia, para quienes con memoria y alegría nos permiten seguir alegres por la vida.

Los quiero infinitamente,

Manuel