27 abril 2007

Belleza que transforma

Sigamos con Jorge Drexler. Desde su concierto no he podido salir de él. Observo y veo a través de sus canciones. Casi podría afirmar que "me movió el piso", como decimos en chileno, me "conmovió", en el sentido que lo real se me aparece de otra manera, teñido, mediado por la hermosura de sus letras.

Uno de los recuerdos más hermosos que tengo de las clases de filosofía fue cuando tratamos acerca de "lo súblime", es decir, lo que lo bello produce en nosotros, como en su contacto, señalaba Kant, se suspenden las facultades del juicio. "Aquí no importa - decía Kant en 1763- lo que el entendimiento capta, sino lo que el sentimiento siente". Uno simplemente se desgasta al mirar una pintura, uno entra en la pieza musical y se pierde en ella o, más bien, se encuentra a sí mismo de otro modo.

Es lo que me sucede con Drexler, y antes con Spinetta, con Hugo Moraga y Neil Young, cantautores que atrapan, desde lo singular, lo universal, y lo hacen con una belleza que conmueve, remueve los cimientos de lo cotidiano, y te lanzan a otra posibilidad de ser.

Todo se transforma, canta Drexler, y es lo que captaron con magistralidad estos niños que vivieron su canción a su modo, mágico, digno, profundamente humano.

Que lo disfruten y que tengan un excelente fin de semana!

25 abril 2007

Yo tengo tus mismas manos


Anoche tocó en Santiago el cantante uruguayo Jorge Drexler con su banda.
Fuimos con mi hija mayor y mi hermosa bailarina, y sentimos que a pesar de lo masivo del evento participamos en un encuentro íntimo, de mucha delicadeza y sentimiento. En un formato absolutamente contemporáneo,
con bases grabadas, material audivisual y una banda de primer nivel, 
compuesta por percusión, contrabajo, violín, guitarra eléctrica, su guitarra acústica y jazzera, 
y una voz muy cercana y limpia, Drexler logra comunicarse con el público tratando temas profundos, pero con intelegencia, simplicidad e ironía fraterna. Características todas que admiro mucho de los uruguayos, para mí uno de los pueblos más civilizados y amables de la tierra.

Una de las canciones que más me llamó la atención es la que transcribo a continuación, que trabaja el tema de la memoria, de la invención y la herencia, del reinventarnos y ser otros, pero sin perder lo propio, identidad que nos viene desde quienes sentimos nuestros, y que no estando están.

Gracias Drexler por el hermoso concierto.

El pianista del gueto de Varsovia

Dos generaciones menos
dos generaciones más
Fechas, tan sólo fechas
Yo estoy aquí, tu estabas allá
El pico y la pala, el hielo en los dedos
te estás jugando las manos...
El mundo se muere y tu sigues vivo
porque recuerdas tu piano
Compás por compás, en el frío del gueto
vas repasando el nocturno en Do Sostenido Menor de Chopin, en tu memoria
Si fueras tu nieto y yo fuera mi abuelo
quizás, tú contarías mi historia.
Yo tengo tus mismas manos
Yo tengo tu misma historia
Yo pude haber sido el pianista del gueto de Varsovia.

Dos generaciones menos,
dos generaciones más
Fechas, tan sólo fechas
Yo estoy aquí, tu estabas allá
Y el mundo no aprende nada, es analfabeto
y hoy suena tu piano, solo que en otros guetos
Si yo estoy afuera y tu estabas adentro
fue sólo cuestión de lugar y de momento.
Yo tengo tus mismas manos
Yo tengo tu misma historia
Yo pude haber sido el pianista del gueto de Varsovia.

Dos generaciones menos
dos generaciones más
Fechas, tan sólo fechas
Yo estoy aquí, tu estabas allá.