30 octubre 2012

Al tiempo que celebro La Caída de Sabat, no olvido

Cuando éramos de la Media en los 80', salíamos a la calle en Ñuñoa la Unión de Estudiantes Secundarios de la Zona Oriente, que pertenecíamos a la Coordinadora de Estudiantes de Enseñanza Media (COEM), antecesora del Comité Pro-Feses, para recuperar la Federación de Estudiantes Secundarios FESES, que había sido prohibida por la dictadura. Soy parte de esa generación de "actores secundarios" de Ñuñoa. Nuestros liceos fueron intervenidos con directores que eran Carabineros o Militares.

Aún recuerdo cómo me sacaban de las patillas de clase de religión por hacer preguntas incómodas en el Colegio Benjamín Claro Velasco, alias "el gallinero" entre Lo Plaza y Ramón Cruz, y cómo nos hacían marchar los lunes al ritmo de bandas militares. Nuestros barrios iban perdiendo sus colores, la "modernización del capitalismo popular" (la de los vouchers, subsidios y chorreo, con concentración monopólica en unos pocos) venía de la mano de una estética facha monocromática. Todo rasgo de cultura popular se fue perdiendo, en la que antes era una comuna alegre y lúdica. Así, por ejemplo, las Fondas de Av. Grecia, entre Juan Moya y Lo Plaza, con sus cuecas, cumbias y jolgorio, fue reemplazada por las del Estadio Nacional, todas muy controladitas, ordenadas, con estética de los Huasos Quincheros, y sin rastro de la memoria social ñuñoína. En la esquina donde íbamos a la fonda quedó grabada para la historia el linaje de aquel Director de Tránsito que pasó a Alcalde designado por su "Excelencia el Presidente de la República, Capitán General don Augusto Pinochet Ugarte": Pedro Sabat. Desde mi infancia estuvo ahí como un espectro oscuro, omnipresente en su estética y represión.

De la misma mano desapareció el gimnasio municipal Manuel Plaza -hasta hoy convertido en peladero, murió el Parque Juan XXIII donde crecimos en sus juegos y anfiteatro griego hoy abandonado, desapareció la piscina Mundt, frente a Salvador con Grecia, con su trampolín olímpico de 10 metros, se vació el Teatro California -reconvertido a "Teatro Municipal"-. La manu militari en mi comuna, en nuestra comuna. Sabat, como todo el proyecto neoliberaloide criollo, soñaba, en último término, con hacernos desaparecer a los habitantes de Ñuñoa, poniéndonos traba de acceso a los liceos, expulsando a la gente de sus lugares, queriendo reconvertirnos en una comuna á la Vitacura o Las Condes, aspiracional consumista carente de identidad, memoria y proyecto. Por eso el abandono a las villas sociales, de copropiedad colectiva, como Villa Olímpica, Villa Frei, Villa Salvador Cruz Gana, la población Empart (los edificios rojos de Salvador con Grecia), Villa Alemana, Villa Yugoeslavia. Todas villas que conservan la memoria social de su origen: fueron construídas con un horizonte de barrio comprometido, organizado, en lo posible autogestionado por sus habitantes.

Esa era fascistoide es la que hoy se rompe en Ñuñoa, gracias a que mucha gente se movilizó durante años, mermando ese poder totalitario, que en alianza con el negocio inmobiliario, automotriz y de la basura, supo mantenerse incubado aún 20 años pasada la caída de la dictadura en el plebiscito. Lo que se ganó en Ñuñoa no es mérito de una campaña electoral -también, pero no en exclusivo-, sino de la acumulación de resistencias de varias generaciones que dieron la pelea en este territorio llamado Ñuñoa, y que la seguiremos dando.

Espero que cuando se haga la película de cómo cayó Sabat, no emule la del "NO", que hace pasar la historia social como si todo dependieran de buenas campañas electorales. Tienen su mérito, pero hagamos justicia y otorguemos su verdadera dimensión como catalizador de una Ñuñoa que ya venía creciendo en los territorios, con los estudiantes movilizados en los 80, el 2006 y el 2011, en las jornadas por los peñi mapuche a quienes aplicaron la Ley Antiterrorista, en las peleas por el patrimonio, en los carnavales populares, en las luchas por una reconstrucción justa, en la resistencia cultural y uso libertario de los espacios públicos, en el movimiento sindical de los profes ante una Corporación de Educación militarizada, así como con los microempresarios exigiendo fomento productivo que nunca ha llegado, en los cicleteros con sus cardúmenes de colores exigiendo barrios amables, en los animalistas denunciando la tortura en los rodeos de la "Fiesta Chilena" de Sabat y Agustín Edwards, en las feministas peleando para que en los consultorios de Ñuñoa se entregara la Píldora del Día Después, en los activistas de la Memoria de las Violaciones a los Derechos Humanos desde la casa de José Domingo Cañas, en los ambientalistas marchando por una nueva matriz energética y preocupados por el crecimiento inmobiliario en Ñuñoa, en los "coleros" de las ferias exigiendo regularizar su situación, en los centros culturales que han sobrevivido sin subvención por no ser de la línea sabatista, y así un mar social que movió el piso, hasta lograr La Caída de Pedro Sabat.

Muchos fuimos parte de ello. Es una conquista social, que hoy tiene un rostro que lo encarna, pero que ha sido, es y seguirá siendo colectivo.

Al tiempo que celebro La Caída, no olvido.

29 octubre 2012

Chao Labbé, Chao Sabat. Que venga la vida!

Buenos días! Aún estoy a punto de romper en llanto de felicidad a cada rato. Pienso en víctimas de Krassnoff y con mi madre aguantando las lacrimógenas ante el Club Providencia. (Pepa, nos has reparado!) Pienso en el Chicho-Tati y Maya (te quiero amiga!). En José y Carola Tohá (abrazos!). En mi viejo y su Partido que cumple 100 años y sigue ayudando a la unidad de las fuerzas democráticas contra el fascismo en forma generosa (hay una lectura política correcta que valorar!). Pienso en la posibilidad que se articule una oposición plural vinculada a movimientos sociales y ciudadanía activa (sí, hay que ocuparse de la alta abstención, sin soberbia estoy seguro se pueden poner puentes de entendimiento y acción!). Pienso en cada sacrificio de tantos y tantas, también en Ñuñoa. En los malos ratos, en las violencias resistidas, en los afectos que persistieron. Vuelvo a pensar en Maya y me alegra tanto su convicción de ir con todo en esta elección, ante un Sabat matonesco (ustedes supieran lo que es eso!). En Josefa y su trabajo de años en Ciudad Viva. En Claudina, Jadue, Ballesteros, Darío Quiroga nuevo concejal en el norte, Claudia Pascual primera mayoría en Santiago, el jovensísimo Ariel Ramos que ganó en Maipú (comuna de mi familia Guerrero), la Ale Placencia asume como nueva concejala en Ñuñoa, y muchos/as más. Uf, tanto esfuerzo humano creativo junto, a punta de esperanzas. Quiero Justicia, Paz, Libertad. Que esto cambie como en América Latina. Pienso en nuestros peñis mapuche, no los olvidemos ni un segundo! Para mi despertar hoy es eso, un Despertar. Un baño de esperanzas y un gran gran lección de humanidad y humildad que la acojo y elaboro. Tengo mucho que aprender y aprehender. Ahora cojo mi bici y guitarra, alegre de haber formado parte con todo lo que pude dar junto a los compas de Ciudad Elefante, cada 29 de marzo en el corazón de Providencia, y a Barrio Ñuñoa que me acompañaron generosos en este periplo ñuñoíno. Feliz de abrazar a mis lunitas y a ella la bella. Feliz por la felicidad de mi madre. Chao Labbé, chao Sabat. Que venga la vida, seguimos!
Abrazos, Manuel.