17 diciembre 2011

(Invitación) Por la Niñez Mapuche / Miércoles 21 a las 19:00 Escalinata Pza d Armas.

Súmate a esta Lucha por la TERNURA
Miércoles 21 de Diciembre 19:00
Escalinatas Catedral, Plaza de Armas
(Asistiremos con el Coro del Latino. Contamos c permiso de Intendencia)

El Kultrúng está llamando, no se ha secado el Canelo!!!!

ALZAMOS LA VOZ POR LAS NIÑAS Y NIÑOS DEL PUEBLO-NACIÓN MAPUCHE
No más represión al Pueblo Mapuche!

Marrichiweu,
Newentuaín Pu Peñi, Pu Lagmien

15 diciembre 2011

Leonardo Boff: ¿Es posible alimentar a 7 mil millones de personas?

Ya somos 7 mil millones de personas. ¿Habrá alimentos suficientes para todos? Hay varias respuestas. Escogemos una del grupo Agrimonde (véase Développement et civilisations, septiembre 2011) con base en Francia, que estudió la situación alimentaria de seis regiones críticas del planeta. El grupo de científicos es optimista, incluso para cuando seamos 9 mil millones de habitantes. Propone dos caminos: profundizar la conocida revolución verde de los años 60 del siglo pasado y la llamada doble revolución verde.

La revolución verde tuvo el mérito de refutar la tesis de Malthus, según la cual ocurriría un desequilibrio entre el crecimiento poblacional de proporciones geométricas y el crecimiento de alimenos en proporciones aritméticas, produciendo un colapso de la humanidad. Comprobó que con las nuevas tecnologías, una mayor utilización de las áreas agrícolas cultivables y una masiva aplicación de tóxicos, antes destinados a la guerra y ahora a la agricultura, se podía producir mucho más de lo que la población demandaba.

Tal previsión demostró ser acertada, pues hubo un salto significativo en la oferta de alimentos, aunque por causa de la falta de equidad del sistema neoliberal y capitalista, millones y millones de personas siguen teniendo una situación de hambre crónica y de miseria. Bien es verdad que ese crecimiento alimentario ha tenido un costo ecológico extremadamente alto: se envenenaron los suelos, se contaminaron las aguas, se empobreció la biodiversidad además de provocar erosión y desertificación en muchas regiones del mundo, especialmente en África.

Todo se agravó cuando los alimentos se volvieron una mercancía como cualquier otra en vez de ser considerados como medios de vida que, por su naturaleza, jamás deberían estar sujetos a la especulación de los mercados. La mesa está puesta con suficiente comida para todos pero los pobres no tienen acceso a ella por falta de recursos monetarios. Continúan hambrientos, y su número crece. El sistema neoliberal imperante apuesta todavía por este modelo, pues no necesita cambiar de lógica, tolerando convivir cínicamente con millones de personas hambrientas, consideradas irrelevantes para la acumulación sin límites.

Esta solución no sólo es miope, sino falsa, además de ser cruel y sin piedad. Los que todavía la defienden no toman en serio que la Tierra está innegablemente a la deriva y que el calentamiento global produce gran erosión de suelos, destrucción de cosechas y millones de emigrados climáticos. Para ellos la Tierra no pasa de ser un mero medio de producción, no la Casa Común, Gaia, que deber ser cuidada.

A decir verdad, quienes entienden de alimentos son los agricultores. Producen el 70% de todo lo que la humanidad consume. Por eso, deben ser oídos e incluidos en cualquier solución que sea tomada por el poder público, por las empresas, y por la sociedad, pues se trata de la supervivencia de todos.

Dada la superpoblación humana, cada pedazo de suelo debe ser aprovechado pero dentro del alcance y de los límites de su ecosistema; se deben utilizar o reciclar lo más posible todos los residuos orgánicos, economizar al máximo la energía, desarrollando las energías alternativas, favorecer la agricultura familiar, las cooperativas medianas y pequeñas. Y finalmente, ir hacia una democracia alimentaria en la cual productores y consumidores tomarán conciencia de las respectivas responsabilidades, con conocimiento e información acerca de la situación real de sostenibilidad del planeta, consumiendo de forma diferente, solidaria, frugal y sin desperdicios.

Tomando en cuenta tales datos, Agrimonde propone una doble revolución verde en el siguiente sentido: acepta prolongar la primera revolución verde con sus contradicciones ecológicas, pero simultáneamente propone una segunda revolución verde. Ésta implica que los consumidores incorporen hábitos cotidianos diferentes de los actuales, más conscientes de los impactos ambientales y abiertos a la solidaridad internacional para que el alimento sea de hecho un derecho accesible a todos.

Siendo optimistas, podemos decir que esta última propuesta es razonablemente sostenible. Se está organizando, de manera embrionaria en todas las partes del mundo, a través de la agricultura orgánica familiar, de pequeñas y medianas empresas, de la agricultura ecológica, de las ecovillas y otras formas más respetuosas con la naturaleza. Es viable y tal vez tenga que ser el camino obligatorio para la humanidad futura.

FUENTE http://www.tercerainformacion.es/

13 diciembre 2011

Aniversario muerte Pinochet: Adiós General

Sin gestos de arrepentimiento, de confesión, perdón o disculpas te encontraste finalmente con tu lado miserablemente humano. A pesar de todo el poder acumulado, de la riqueza ostentada y de la prepotencia ejercida hoy estás ahí reducido a la nada. Tu muerte nos muestra lo trivialmente humano que eras, y esta verdad duele reconocerla cuando todo lo que hiciste fue negar tal condición a los demás.

Entraste a nuestra infancia cegando la existencia de nuestros padres; marcaste nuestro miedo al otro torturándonos; destrozaste cualquier noción de hogar allanándonos; provocaste la confusión en la construcción de nuestras identidades exiliándonos; interrumpiste una y otra vez nuestra formación expulsándonos de liceos y universidades; maniataste nuestros medios de expresión censurándonos; hiciste desaparecer la bohemia nocturna envíandonos a dormir con toques de queda… Ojalá hubieses sido una máquina o un animal para aceptar más fácilmente que en el espacio corto de una trayectoria de vida se puede provocar tanto mal.

Y ahora que estás próximo a convertirte en polvo y tierra, no puedo dejar de pensar en la risa del Checho Weibel antes de ser desaparecido; en los conciertos de piano de la Pachi Santibáñez antes que tus secuaces le pegaran un balazo en la cabeza; en la sencillez valiente de los hermanos Vergara y tantos pobladores a quienes reprimiste sin misericordia; en la cámara fotográfica comprometida de Rodrigo Rojas cubriendo nuestras marchas de secundarios; en las reuniones clandestinas donde papá, antes de aparecer degollado, nos alentaba a que nos organizáramos y autoeducáramos más sin por ello dejar jamás de amar y vivir la vida intensamente.

Porque a pesar de tu fascismo sistemático quienes tuvimos la fortuna de sumarnos a la lucha por la libertad y la dignidad salimos sencillamente menos dañados de tu regimen de terror, más querendones y fuertes. ¿Te debe resultar paradójico, no? El exilio nos hizo desear más nuestra patria y reinventar nuestra chilenidad desde una concepción internacionalista de la justicia social y los derechos humanos; las desapariciones y torturas generaron mayor conciencia de la fragilidad de lo individual lo que llevó a organizarnos mejor y formar redes locales, regionales, nacionales y continentales. ¿Recuerdas que se te ocurrió prohibir interpretar música con instrumentos andinos, o publicar fotografías en los medios como Apsi, Análisis, Cauce y Fortín Mapocho, los que salían a la calle con recuadros en blanco? ¿Alguna vez creíste seriamente que esas medidas absurdas detendrían las ansias de verdad y justicia de todo un pueblo? ¿Cuando, por orden de los servicios secretos que tú dirigías, secuestraste a papá en 1976 realmente pensaste que nos quedaríamos tranquilos y que él, una vez libre, no denunciaría por todo el mundo las infamias que cometías contra tus propios compatriotas? ¿Acaso consideraste que asesinando a Victor Jara su canto nuevo dejaría de crear conciencia social? ¿Que eliminando al Presidente Salvador Allende no se volverían a abrir las anchas alamedas?

Quizá en los últimos estertores de tu infame existencia autocentrada pensaste en el perdón. No en el perdón que jamás nació de ti, sino en el que, de tanto en tanto, se nos solicita que te otorguemos. Y a no dudar, ahora que has muerto, ante nuestros ojos se abrirá una gran escena del perdón de muchos de tus compinches, una enorme teatralización del arrepentimiento. Cuánto de ello será auténtico, y no un simulacro calculado, un ritual automático o una caricatura, el país sabrá sopesarlo. Pero los crímenes contra la humanidad son imperdonables, pues abusaste de tu propia humanidad matando lo más sagrado de lo viviente, lo divino en el hombre, asesinando a Dios hecho hombre o al hombre hecho Dios por Dios. No habrá ecología de la memoria alguna, ni escena de redención, reconciliación o esfuerzos de normalización del país que puedan provocar tu salvación o absolución. A pesar de tu propia amnistía ya estás condenado por siempre al castigo mayor al que jamás un ser humano podrá ser sometido tras de tí: ser Augusto Pinochet. Adiós General, que disfrutes del infierno.

Manuel Guerrero Antequera [10.12.06]