03 diciembre 2007

Me llamo Attila


El hoy comenzó como un día cualquiera. Pero un halo de mármol cogió a media tarde mi corazón y sentí la soledad como un perro puesto a la venta. Tomé examen oral a mis estudiantes y me despedí de cada uno de ellos como si se fueran a la guerra. Semana a semana compartimos breves momentos, colgados de algún autor, de algún texto, como si en ellos pudiésemos encontrar un faro, un haz de luz que permita abrir el nuevo amanacer esquivo. Pero no hay nuevo amanecer, solo días que pasan por la rotación de la tierra. El sol no tiene nada que ver con nosotros. Apenas somos seres sostenidos por una ley de gravedad que en cualquier momento deja de operar y salimos disparados a la muerte por asfixia más allá de la capa de ozono.

Tomé la micro convertida en bus por haberse pintado de verde según alguna política pública, y afortunamente encontré asiento para no tener que rozarme a la fuerza con desconocidos. Miré a través de la ventana y sólo ví edificios nuevos que crecen y crecen por donde en mi infancia habían chacras y encumbrábamos volantines. Un anciano amable se sentó a mi lado y me metío conversación. Mi socialización perfecta lo atendió con amabilidad también. Así avanzamos varias decenas de minutos conversando sin conversar, conociéndonos sin conocernos. Incluso intercambiamos tarjetas de presentación. Me preguntó mi nombre y al oir su combinación con mi apellido levantó las cejas y me dijo que él no ha tenido nunca que ver con política. Como si mi nombre completo fuese un espanta pájaros que provoca la desbandada. Nunca he sentido la necesidad de pedir disculpas por como me llamo, pero ya esta sola reflexión indica que lo cargo como una cruz.

El anciano me contó que conoció a mi abuelo en la bohemia de los años veinte. Que compartieron trago en el Bosco y el Torres. Fue bello que viniera a mi visita mi abuelo a través del recuerdo del hombre mayor a mi lado. Me acordé de su anarquismo y me alegré de llamarme como él y como su padre y como mi padre. Mala suerte para quien se asuste frente a la imagen acústica que pueda provocar Manuel Guerrero. Sin duda es una cruz, pero al menos sé que es la mía.

Y traté de compartir, de mantener el diálogo abierto con otras personas, pero el viento de cementario ha sido más fuerte.

Hasta que llegué a ti József Attila. Apareciste como ladrón en la noche, o más bien en pleno día de calor urbano de este lado del planeta recalentado por el calentamiento global que no conociste querido poeta. Suerte la tuya, aunque conociste calores peores en tu vida de artista comunista húngaro crítico del capitalismo y crítico de Stalin, cuando el viejo bigotudo vivía y hacía de las suyas a nombre tuyo, mío, de mis hijas.

Te abrazo József, como abracé tus libros y escritos de pequeño. Junto a Ady Endre y Petöfi Sándor me siento a tu lado como en familia. ¿Seremos traidores a la causa por detenernos a pensar nuestra fragilidad, asumir nuestras dudas, quizá hasta morder la cobardía? Socialismo humano perseguiste y no lo pudiste hallar hasta que te fundiste en la línea de tren un poco más joven que yo.

Te abrazo József. Seguramente cuando decías tu nombre completo espantabas al recordar a Attila, el rey de los hunos. Mi nombre también espanta y atrae. Acostumbra a evocar a héroes o a mártires, al revoluconario o al acusado de eurocomunismo, al que aguantó la tortura o de quien se sospecha porqué sobrevivió.

Pero tienes razón, el rostro de uno sólo se puede lavar en el rostro de otro. Acógeme en tu brazo un rato. Soy tu verso en otro continente, en otro siglo, en otro idioma. Ya sabes, verdadero es el pudor, verdadero el odio, verdadero también el ultraje padecido. Sólo son falsas las circunstancias, la hora y uno o dos nombres propios...

2 comentarios:

PAZ TRAVERSO dijo...

Hola Manuel : Suelo socializar igual que usted . Con todo el mundo y en todos los aspectos cotidianos ( en el Consultorio, la plaza, la micro etc)
Rajate con las notas con los examenes orales - a lo mejor a las niñas le da un poco de verguenza ( me pasaba en la U con los profes tiernos y buenosmozos ) pero siempre me eximia para evitar el chascarro . Si tienes algo de tiempo estoy despidiendo a una gran amiga que partio de este mundo , hija de compañeros y bueno eso .
Besos miles
Paz

Anónimo dijo...

...te abrazo
C.P.P