
Ayer nos juntamos a rendirle un homenaje a Jorge Elías y Juan Carlos, mis tíos, los hermanos Andrónicos Antequera. Se cumplieron 33 años de su detención y desaparición. El acto estuvo muy hermoso, entre otras cosas porque fue completamente organizado por las nuevas generaciones de Andrónicos Antequera, por los sobrinos, nietos, primos. Hubo poesía, canto, intervino el abogado Nelson Caucoto que ha llevado adelante el proceso, logrando que la primera vez que se procesaron a militares por un caso de detenidos desaparecidos fuera por los hermanos Andrónicos Antequera: Fernando Laureani y Osvaldo Romo que participaron en esta detención ilegal fueron en su oportunidad procesados en 1997, a pesar que Pinochet en esos días amenazó con que si tocaban a cualquiera de sus hombres se "acabaría el Estado de Derecho".
Bueno, los tíos eran dos jóvenes alegres, militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, uno estudiaba Ingeniería y el otro Sociología. Tenían 23 y 24 años cuando se los llevaron.
Ayer los recordamos, intentando hacer memoria con un mirada hacia el futuro, es decir, tomar el pasado no para quedarnos en él como si fuera una pieza de museo ya perecida, sino abriéndonos a ese pasado de vida, amor y lucha que fueron estos dos bellos hermanos, para desde su impulso traspasar este presente y abrazar un futuro mejor para todos y todas, especialmente para el hombre, mujer y niño común. Memoria activa, transformadora, no melancólica, sino viva, asumiendo la ausencia, pero desde la presencia de la promesa a la cual le dedicaron sus mejores esfuerzos y empeños estos hermanos. Promesa que también es nuestra, que está en nuestras mentes y cuerpos: exigirnos más en presente, para hacer posible lo imposible, individual y colectivamente, ir corriendo de a poco la línea del horizonte, para reencontrarnos todos y todas, para convivir en paz.
Y a pesar que yo mismo promuevo esta mirada que trata de prenderse del porvenir, para no hundirnos en un duelo que nos paralice, no puedo dejar de sentir pena. Veo las fotos de los tíos, su risa limpia, sus camisas abiertas en signo de libertad, los relatos que contaban ayer sus compañeros de universidad acerca de sus pantalones pata de elefante cuando todos los demás usaban poncho. Vivos, valientes, transgresores, libres, llenos de sueños, convencidos de un proyecto, entragados a él con pasión. Tan jovencitos y tan grandes.
Por ello, el disquito de este fin de semana se los dedico a estos hermanos, desde la mezcla cultural que constituye a mi generación, desde la apropiación de los códigos de la modernidad, pero con identidad, libres también, buscadores de la paz y el entendimiento entre los pueblos, por una convivencia respetuosa y tolerante, con nuestros hermanos de todo el mundo, los que no están, los que aún no han nacido, con respeto a la tierra. Creo que ellos compartirían nuestra causa que no conoce fronteras.
Con este tema de Coldplay, en una versión que comparte con el Buena Vista Social Club, grabado en la bella Cuba al interior del proyecto Rhytms del Mundo. La risa y la lucha de los hermanos Andrónicos Antequera continúa, está más vigente que nunca, ahora para no solo salvar a nuestros pueblos de la explotación, sino también para salvar a la especie tal como ellos la conocieron.
Que tengan un buen arranque de fin semana.
Otros temas de este disco los puedes oir en:
http://www.myspace.com/rhythmsdelmundo