03 octubre 2007

Vivir la amistad, vivir el jazz


Hay amigos que son para toda la vida. Extrañamente no es necesario si quiera el tener un contacto permanente, basta el saberse que estamos, que somos, y el cariño alguna vez engendrado en el tiempo asegura que la lealtad sea para siempre.

Es lo que me ocurre, por ejemplo, con mi amigote Nelson Arriagada. Nos conocimos cuando yo estudiaba guitarra clásica en el Conservatorio de la Universidad de Chile, y él cello. Ambos debemos haber cursado el séptimo u octavo básico en el ISUCH, el Instituto Secundario de la Universidad de Chile, que aún sigue en pie formando futuros artistas muy cerca de la estación Los Héroes del metro, en plena Alameda. Además de compartir las clásicas salidas de niños ochenteros a los flippers y videojuegos, con el Nelson y otros amigos se nos ocurrió fundar un grupo de rock progresivo, tipo Yes, que llamamos "Vibraciones". Nuestros instrumentos eran rudimentarios, los íbamos consiguiendo por ahí y apenas contábamos con amplificación. El bajo, por ejemplo, era una guitarra afinada grave, la batería muy al estilo de Sol y Lluvia con bombos folcklóricos, platillos y una caja, el sintetizador un Casio, y mi guitarra eléctrica una que compré usada por ahí.

Todo era muy precario, pero el amor por la música era a toda prueba. Armamos un pequeño reperterio de apenas dos temas y medio: una pieza lenta de Jethro Tull -la que se utilizaba en aquella época como fondo musical de un comercial de TV de los chocolates Vicio, que terminaba con el grito "Déjame uno!"-, un rock latino de Santana, y un tema de Emerson Lake & Palmer a medio sacar. Con tal repertorio nos presentamos en una Peña que organizaba el Centro de Estudiantes de Ingeniería de la Universidad de Chile, en su sede en Beaucheff.

Era el año 1985, y antes nuestro habían tocado los Ayrampú, música folcklórica estilizada, de excelente factura. Otros grupos subieron e interpretaron canciones protesta y de la siempre querida Nueva Trova cubana. Luego anunciaron a Vibraciones, y aparecen un grupo de ninos casi adolescentes, enchufando la guitarra eléctrica con un efecto de distorsión, todos vestidos en pantalones cortos deportivos, como si estuviéramos listos para salir a trotar. La mayoría del público eran "artesas" y nos miraban con recelo y sorpresa. Me dirigí al público a través del micrófono, mientras afinaba la guitarra tocando la línea principal de Message in a Bottle de los Police, y simplemente señalé que la cultura era un aspecto de la lucha contra la dictadura que debía trascenderla una vez que alcanzáramos un gobierno democrático y popular, pues ella no solo permite unir a distintas generaciones compartiendo valores comunes, sino que cimienta el terreno para la transformación permamente del ser humano. Que sin cultura simplemente no hay libertad.

Dicho esto tocamos a Jethro Tull en plena peña en Beaucheff, que era un lugar mítico por las protestas universitarias contra carabineros. En el público estaba Pancho Rojas, quien nos alentaba entusiasta, junto a otros secundarios de las JJCC, el MIR, la Izquierda Cristiana, y por cierto, las bellas compañeras socialistas. También estaba César, el segundo compañero de mi madre, con la sonrisa de oreja a oreja, moviendo su pie al ritmo de Santana, que fue el segundo tema que interpretamos. Casi todos estudiábamos música, a eso queríamos dedicar el resto de nuestras vidas, por lo que hicimos el máximo esfuerzo de mostrar algo digno, con mucho compromiso con lo que ejecutábamos, apropiándonos del rock que por algunos era considerado "imperialista". La gente rió y aplaudió entusiasta. Nos pideron otra, y tocamos nuestro tema favorito de los Emerson, Lake & Palmer. Luego desenchufamos nuestros instrumentos, excepto mi guitarra eléctrica porque se acercó un poeta, quien luego de felicitarnos, nos consultó si podía acompañerse de mi pseudo Fender Stratocaster, pues lo que él hacía era "poesía rock". Claro, le dije feliz. Y nos sentamos a oír sus poesías rebeldes, inteligentes, auténticas. Ante nosotros recitaba el poeta recién llegado de Inglaterra, Mauricio Redolés.

De tal época data mi amistad con Nelson Arriagada. Él es actualmente uno de los mejores contrabajistas del circuito jazzero chileno, con estudios de postgrado en Alemania. No nos hemos visto con frecuencia desde aquellos años. Mi padre ya había sido asesinado cuando nos juntamos a hacer música en Vibraciones, y de Nelson, a pesar de su corta edad, nunca sentí un trato distinto por ser "hijo-de", estigmatización lamentablemente frecuente, que pierde de vista la personalidad propia, con virtudes y defectos, de quienes tuvimos la fortuna de tener por padres a luchadores sociales destacados. La unión en la amistad se dió en el plano de igualdad que posibilita la música colectiva, donde cada uno constituye un aporte singular, complementario y de apoyo para el otro, emergiendo una realidad sui generis, conjunta, valiosa para todos. Es nada más ni nada menos que el modelo de sociedad en que espero vivan mis hijas algún día: horizontal, solidaria. Cuando realizamos este año el acto de conmemoración de la muerte y vida de los Manueles, en el frontis del lugar donde los secuestraron en Av. Los Leones, reapareció Nelson con su contrabajo, trayendo los saludos de Miles Davis, John Coltrane y Chucho Valdés. Compartió con nosotros música que despierta a las piedras.

Ahora Nelson ha formado la estupenda agrupación Mario Feito Trío. Han lanzado su disco debut El Último Patagón, y se presentarán este Jueves 4 de octubre a las 22:00 horas en club de jazz El Perseguidor, ubicado en Antonia López de Bello 0126,
Providencia, Barrio Bellavista, en Santiago. El precio de la entrada está ajustado para el bolsillo popular, solo $1.500. Las reservas se pueden realizar al telefóno 777 6763.

Quedan fraternalmente invitadas e invitados a conocer uno de los proyectos musicales más originales del último tiempo y que ha generado excelentes comentarios del público y de la crítica especializada. Conocerán, además, a una excelente persona.

Que viva por siempre la amistad, que viva el jazz. Y que éste sea para todos, porque también es nuestro.

Un abrazo,
Manuel.

19 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por el dato, solo quiero agregar que el que no conozca mucho de jazz, quizas esta es la oportunidad de acercarse él, mas aun, si en toda esta bella historia que relatas, es la musica quien une a gente linda...
cariños

@micronauta dijo...

Ja recuerdo eso, y también cuando repetimos la hazaña de los pantalones cortos en el escenario del latino. Me habría encantado ir a ver a Nelson mañana, pero tengo show en La Barcaza con Marcelo Vergara. Abrazos.

tallarin cervecero dijo...

Aunque mi inclinacion es profunda y total al Rock.Siempre he disfrutado cuando el Jazz suena...es un ritmo sensual,desbordante,bohemio y ahora que recuerdo hace muchos años era un asistente asiduo a escucharlo en el club de jazz de macul.
Dicen que Lennon odiaba el Jazz ¿habra sido asi?

saludos.

Anónimo dijo...

Dale un beso a Nelson y otro al Mario!!
Pachi

Anónimo dijo...

Gracias querido hermano.
es bueno saber de ti aunque sea por tu mail, que siempre los leo con gran afan y cariño ya que siempre estas poniendo temas que nos hacen refleccionar en lo humano y divino.
espero verte pronto
saludos y cariños a tus tres mujeres
jaime

Anónimo dijo...

Que bella historia manuel, y gracias por compartirla con alguien que probablemente no te acuerdas, pero tu fuiste uno de los expositores que invitamos al foro sobre movimientos sociales: una visión desde sus actores (estaba Maria Huerta, Carlos Ruiz y la Tere Valdés).

Saludos fraternos, intentaré ir (llegó a Santiago a la misma hora que parte el concierto)

Tatiana

Anónimo dijo...

Gracias Manuel, allí estaré.
Saludos,
Patricio

Anónimo dijo...

Querido Manuel: Gr4acias por tu invitación. Me encanta el jazz. Además me encantó la historia de tu amistad y lo importante que es la música. Te quiero mucho y me gusta mucho saber de tí. Gracias, Martita

Anónimo dijo...

Gracias Manuel por tan linda invitación; hoy conversé con un compañero de la Escuela (¿tú sabes que Escuela hay una sola y está en Beaucheff? así decimos los Ingenieros de la Chile, por supuesto) sobre la ACU y sobre ti; tú no me conoces, en el año en que actuaste en la Escuela, yo ya estaba trabajando, pero siempre cantando.

Soy de la primera generación de Ingenieras del Conjunto Folclórico de la Escuela de Ingeniería; organicé y viví muchas peñas y recitales, manteniendo viva esa llamita de libertad que tanta falta nos hacía.

Tu invitación me hizo recordar momentos, grandes momentos, no es necesario más adjetivos. Gracias de nuevo.

Un abrazo,

Cecilia

Anónimo dijo...

Hermosa y emocionante historia de amistad, lealtad y compañerismo.
Espero les llegue tan hondo como a mi
Saludos
CArmen

Montserrat Nicolás dijo...

mimo........jethro??????????

después del Led Z, cualquier cosa....

impactante.

saludos,

c.

ps. igual lindo el recuento.

Anónimo dijo...

Hola Manuel , muy interesante lo que has hecho y estas haciendo ahora. Por cierto que conozco a Mauricio recitaba conmigo en las peñas literarias de Londres. tambien soy poeta ( y profesor como tu recordado padre) exilado y retornado y vuelto a exiliarse ahora residiendo en España Torrevieja. Pero encantado de saber de ti y las cosas que haces . Solo te puedo decir mucha fuerza y energia positiva,( newen ) por nuestros principios y el arte !! Fraternalmente Jorge Salgado

Anónimo dijo...

gracias manuel por enviarme tus cronicas, la proxima vez que este en chile
espero tener la suerte de escucharte cuando toques la guitarra,
desgraciadamente por ahora estoy aqui en bielefeld, alemania...te deseo que
sigas escribiendo con esa fuerza vital chilena, latinoamericana, bolivariana
que tanto necesitamos...en estos dias plenos del CHE, su memoria y su
ejemplo, un abrazo!
anamaria

Anónimo dijo...

Manuel, querido...y yo que recibo tu correo...y estoy tan re lejos...acá en Antofagasta donde sólo la gente se compra Jazz para ser snob...
snifff....

Sería bueno un viedíto, no...
pa' democratizar un poquito la cosa...

espero...

Besitos

Marce

Marce Mercado dijo...

Esa , la de recién era yo....

Besos reiterados

Marce

SoF - SkEu dijo...

El jazz siempre me recuerda a mi padre que tanto amo... paramí es hermoso poder escucharlo. Como hermosa es la amistad, siempre he creído que es la principal manifestación del amor.
Un fuerte abrazo y un cordial saludo =)

Pola dijo...

Estaba con el ánimo medio blue cuando se me ocurrió entrar a este blog como casi todas las semanas...el jazz clásico me despertaba cada mañana de sábado y domingo, muy temprano, emitido desde la radio de mi padre hace aaaaños...así es que me pareció del todo ad hoc ir a ver.
Gracias por el dato, con mi amiga lo pasamos bien a pesar de llegar sólo pa la segunda tanda, lo de Piazola anduvo sublime :)

Unknown dijo...

Pola, y porqué no me pasaste a saludar!!! Loquilla, estaba sentado en una mesa justo al frente del escenario.. Pero no importa, qué rico que disfrutaron de esta buena música!
cariños,
Manuel.

Pola dijo...

Ah, es que soy muy prudeeente!
Pero les dediqué una sonrisa al salir, se veían entretenidos ustedes, embaladísimos de musiquísima :)