17 noviembre 2011

A propósito de Tortura, mi padre acusa: La víspera


Este texto que comparto a continuación, fue escrito en un cuaderno escolar que mi padre, Manuel Guerrero Ceballos, llenaba durante su "estadía" en el campo de prisioneros de Tres Álamos, probablemente en noviembre de 1976. En esa fecha tenía 28 años.
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Acompañado con un libro de Neruda, algunos discos de la joven música chilena, radio Moscú, mi compañera y mi hijo me dispuse a someterme a un obligado reposo hasta curar el rebelde resfrío que por semanas me perturbaba.

Eran días fríos y duros de principios de junio de 1976. Santiago mostraba la crisis.

Los últimos días otoñales habían graficado, una vez más, la situación económica angustiosa. La lluvia desnudó la miseria, impulsando a centenares de niños y mujeres - preferentemente - a recorrer casa tras casa implorando un mendrugo de pan. La venta de los más inverosímiles productos en los microbuses, tales como elásticos, botones, dulces, ganchos para la ropa, hilos y agujas, parches sanitarios, lápices y cuadernos, mostraba la amplia participación popular en la "economía social de mercado". Chile había ingresado a la economía del Candy. La cesantía era disfrazada con variados oficios y subempleos. Más de las tres cuartas partes de la población trataba de vender algo a la restante porción de habitantes, transformando cada lugar en un mercado persa.

La limosna, los pordioseros, la disputa de los tarros de basura con los perros era la nueva geografía humana del país.

La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos sesionaba en Santiago. Los trabajadores del plan empleo mínimo, formado por cesantes, que laboraban en las municipalidades sin imposiciones ni leyes sociales y con salarios de hambre, eran ocupados en sacarle lustre a la ciudad, pintando paredes, tapando basurales con improvisados jardines, borrando propaganda antijuntista, erradicando campamentos de familias miserables a lugares menos visibles.

Radio, televisión y diarios convocaban majaderamente a los jóvenes a una "espontánea" manifestación de apoyo a los dictadores que denominaron “respuesta al mundo”.

El tema del momento era el debate sobre la situación de los derechos humanos del país, que la OEA examinaba, así, mientras los tiranos adobaban, pulían e intentaban limpiar el país de opositores y detenían a niños menesterosos para exhibir una nación ordenada y sin miseria a gusto de observadores de salón, el pueblo expresaba su opinión. El río subterráneo de la oposición antijuntista se movilizaba. El terror policiaco no paralizó la pujante, audaz y heroica voz de los trabajadores, las mujeres, los jóvenes, los profesionales que decían: "esta es la realidad de Chile, si desea conocerla véala; este país no es una taza de leche, no obstante la muerte que reina por las calles existe y se manifiesta la resistencia patriótica de los antifascistas".

Mujeres con sus hijos, niños con sus padres, jóvenes con sus pololas, obreros con sus choqueros, transportaban la verdad de Chile.

La Junta volvía a ser el centro de las denuncias y a diario debía responder a uno u otro cargo, que por mil senderos llegaban a manos de los periodistas y diplomáticos. La Central Única de Trabajadores hacía en un amplio documento la radiografía del mundo de los trabajadores y exigía una respuesta sobre decenas de dirigentes sindicales desaparecidos. Un grupo de juristas denunciaba cada uno de los derechos fundamentales del hombre conculcados. Las mujeres indicaban como se desintegraba la familia con la miseria y el hambre que obligaba a los niños a ausentarse de las escuelas y acudir a comer a comedores infantiles -verdaderas ollas comunes-, el marido que deambulaba ciudad en ciudad y emigraba al extranjero en busca de trabajo y con los estragos del alcoholismo, la vagancia, la delincuencia, la drogadicción frecuente y la prostitución juvenil. Los jóvenes repudiaban la universidad selectivamente aristocrática, la deserción escolar, la falta de fuentes productivas que frustraba las posibilidades de trabajo, recreación e incluso de matrimonio a millares de muchachos.

La multitudinaria voluntad popular expresada esos días mostró el ánimo del pueblo chileno, su espíritu de pelea, la inteligencia en el desarrollo de múltiples formas de lucha, su arrojo en las acciones de masas.

Me emocionó ver en las calles volantes y rayados excelentes hechos por los jóvenes antifascistas. En la calle Pajaritos, en la comuna de Maipú, nos detuvimos, con un compañero, a leer el periódico "Unidad Antifascista" que por decenas estaba en las veredas. Pensamos, en aquel instante, todo el esfuerzo, ansiedad, riesgo, amor y convicción puestos en cada letra del diario clandestino, que veía la luz para hacerse carne en los lectores, que con apariencia distraída se detenían, leían y se marchaban con una nueva esperanza en sus rostros. Ese periódico siendo clandestino, era un espejo de lo que sufría, sentía y aspiraba el pueblo chileno.

Explosiva alegría sentimos cuando en la televisión personeros juntistas mostraron un manifiesto del frente juvenil patriótico antifascista que llegó a las manos de los diplomáticos entregado por las propias secretarias del cuartel fascista - el edificio Diego Portales - que no dudaron en distribuir profusamente un elegante sobre con membrete de Pro Chile (Departamento de Exportaciones de la dictadura) y que íntegramente fue confeccionado por los jóvenes patriotas.

El combate del pueblo no se detenía. Una voluntad indominable daba fuerzas para seguir capeando la represión, organizándose en cada lugar, impulsar la unidad.
Leía a Neruda. Era un libro en prosa donde el gran poeta narra sus viajes dentro y fuera del terruño natal. Cuenta de esa larga tradición internacionalista de los trabajadores chilenos. Allí recuerda Lota, donde los mineros del carbón saludaron en una oportunidad en el silencio y oscuridad de la noche austral con sus lámparas encendidas, cual luciérnagas por el campo, a un barco soviético que atravesaba sin detenerse en el litoral chileno porque el tirano de la época prohibió que atracara en los puertos nacionales.

Neruda narra sus viajes con Lafferte por la pampa y la entrañable camaradería de los trabajadores del salitre, que alzaban la lucha contra las compañías que los explotaban despiadadamente. Cuenta que, en una ocasión, en la vastedad del desierto chileno una palabra se unió a la otra y un conmovedor himno surgió de las gargantas de esos hombres que ya conocían a los comunistas desde tiempos de don Reca, y cómo esos paupérrimos trabajadores aparentemente tan distantes de la emancipación tenían la convicción del futuro que conquistarían.

Pablo Neruda recorre en su libro los países socialistas y cuenta cuánto aprendió de los hombres que construyen la nueva sociedad sin clases. El poeta cuenta cómo atravesó las regiones del mundo para regresar al sur de Chile y en la soledad infinita de los bosques centenarios descubrió el valor de la hermandad cuando debió huir de la persecución del traidor González Videla, hecho al que más tarde hizo referencia al recibir el Premio Novel de Literatura.

¡Cuánto bien me hizo este libro!

Reflexionaba sobre la unidad cósmica de los trabajadores de ayer y hoy, de mi Patria y de otras tierras. Sus objetivos comunes, las aspiraciones tronchadas, sus realizaciones afines. Me surgió, nuevamente, el convencimiento de que no habría poder capaz de extirpar la conciencia de nuestro pueblo. Nada de lo obtenido le fue concedido gratuitamente y si tantas veces peleó, sufrió derrotas y volvió a triunfar, lo volveríamos a hacer.

Impulsado por su lectura, entré al Estadio Nacional repleto de jóvenes enarbolando banderas chilenas y rojas, clausurando el Congreso de la Jota; volví a Puerto Ibáñez en la distante provincia de Aysén, a reunirme con los jóvenes comunistas que venían de tierras ignotas, a conversar sobre los problemas y realizaciones del Gobierno Popular en torno a las sopaipillas y el mate, mientras afuera llovía a chuzos; regresé, al interior de Ovalle donde los compañeros se comunicaban con el sonido de un riel que al golpearlo vibraba para anunciar a las familias que sus hijos iban en camino a sus casas después de discutir la lucha de los campesinos por sus tierras, sólo alumbrados por las estrellas del límpido cielo nortino; recorrí Entrelagos, a orillas del lago Puyehue y el Rupanco bailando corridos mexicanos con las muchachas Campesinas que deseaban integrarse a la lucha.

En mi imaginación estuve y recorrí tantas partes que este ejercicio me dio nuevos bríos y optimismos.

También en esos días de enfermedad escudriñé, como tantas veces, el dial de la radio, escuchando las noticias de mi Patria que daban las emisoras del exterior. Paradójico hecho, que para conocer la realidad de la propia tierra, haya que atravesar el globo.

En ese tiempo estaban muy en boga las encuestas de sintonía en las radios chilenas, que realizaban empresas publicitarias bajo contrato de las propias emisoras, que para asegurarse buena ubicación en el sondeo, previamente repartían, gratuitamente, productos en los hogares para que las mencionaran al encuestador como su radio favorita. La libertad de prensa funcionaba. Si el sondeo hubiese sido auténtico y las gentes hubiesen podido responder libremente - sin temor a la represión - la emisora de primera sintonía en Chile era entonces Radio Moscú, que como es de suponer no distribuía ningún regalo, excepto el más preciado, la verdadera información.

Los chilenos nos dábamos cabalmente cuenta del papel que jugaba Radio Moscú. Cuando el país aparente mente dormía o amanecía, millares de compatriotas se pegaban a la radio escuchando las noticias de su país, de la solidaridad internacional, del pueblo organizado que crecía en el combate.

En las poblaciones, industrias, escuelas, campos de concentración y en los propios cuarteles siempre surgía quién oía Radio Moscú. En todas partes se grababan, escribían a máquina o a mano las noticias y se distribuían como pancartas. A pesar de la proscripción y los cargos fascistas de detener por escuchar Radio Moscú la cadena funcionaba.

El contraste brutal del patrullaje en las calles, disparos en la noche, la incertidumbre permanente con el mensaje que al tiempo entregaba la radio, la hacía querida al pueblo.

En mi hogar familiar el abrazo de Año Nuevo, en medio de las lágrimas por nuestros muertos, el recuerdo de los presos y ausentes y el brindis por el futuro, lo hacíamos en torno de Radio Moscú, que estaba al centro de la mesa, mientras alguno vigilaba.

Cuando nuestro pueblo supere la pesadilla fascista, quedará inscrita la página de auténtica expresión internacionalista del pueblo soviético por todo lo que ha hecho por nosotros los chilenos.

Los tiempos son distintos, pero las situaciones similares.

En la constitución de las primeras células y bases comunistas en nuestro país se apretaban las gargantas de los militantes cuando un compañero expresaba "escuché la radio y oí con claridad: Atención, Habla Moscú."

El rescate y la difusión de los valores culturales propios y latinoamericanos, siempre ha sido una de las principales reivindicaciones del movimiento popular.
El potente nacimiento de la música folklórica, de la canción comprometida y nueva canción chilena dieron lugar al florecimiento de conjuntos y artistas de destacada calidad que jugaron un valioso papel en la conquista y defensa del Gobierno Popular. La canción, el joven y la guitarra estuvieron en la mina, fábrica, escuela y campo llamando a la unidad y a la lucha, a respaldar el Gobierno del Presidente Allende, en el trabajo voluntario y en cada transformación revolucionaria.

La junta fascista desató la razzia cultural y declaró al bombo, la quena y la guitarra "elementos subversivos".

Como el alma de un pueblo no muere, renació la música y la canción folklórica. Centenares de conjuntos nacieron y hacían de las jornadas de solidaridad su conservatorio musical. La juventud se identificaba en especial, con la música andina, y las guitarras, quenas y bombos eran acompañados por tarkas, zampoñas, pinquillos, rondadores, matracas y otros instrumentos para desesperación de los fascistas.

Algunas de estas agrupaciones folklóricas grabaron discos y las que no podían hacerlo, la mayoría, grababan cintas que circulaban profusamente. Este era un canto abierto y público, y a pesar de los esfuerzos juntistas no lograron manipularlo.
Durante los días que narro, escuché discos y grabaciones de esta joven canción chilena, alguno de cuyos autores e intérpretes habían ido a parar a las cárceles por cantar a viva voz y hablar de Pablo Neruda, Violeta Parra, Víctor Jara, Héctor Pavéz y Rolando Alarcón como elementos consustanciales de nuestra cultura.

Otra cosa - aunque confluyente - es lo que realizaban los jóvenes como expresión de la resistencia. A la par de los periódicos juveniles clandestinos, "Liberación", "Pica Pica", "Dulce Patria", "El cabro Pérez", "El grito", "El deportista" y decenas de otros, nacieron "Cantar Juvenil", dedicado a la poesía combatiente; "Canción de la Resistencia", con cantos y posturas para guitarra, y "Grabados antifascistas" que incluía xilografías de jóvenes artistas.
Verdaderas obras de arte popular nacían de la lucha contra el fascismo.

Estaba en casa, esos días de junio, con mi compañera que se encontraba embarazada de cuatro meses y medio, y mi pequeño hijo de 6 años, con estos pensamientos y sabores.
Mi hogar era como el de tantos en Chile. Buscaba ser un oasis en medio del desierto. Las privaciones y sobresaltos los suplíamos con entendimiento y amor. En nuestra medida aportábamos al combate antifascista.

Esto ocurría, mientras afuera merodeaban los gangsters de Pinochet.

Sigue leyendo continuación de este relato La noche más negra

28 comentarios:

Pacita dijo...

Manuel Padre y Manuel hijo escriben igual. Es increible que tambìen la prosa y el puño se puedan heredar .
Manuel Padre sabe como es el Chile de hoy .
Pacita

Carol Crisosto dijo...

para quien lee , le provoca gratitud .......
primero por irnos relacionandonos con hechos reales , emotivos, historias de amor profundo , de amor por la justicia, de equidad social ,etc.,etc.


Manuel, tu voz habla y se escucha en el corazòn, sino es traspasado por un llanto diseminado por querer comprender que pasaba, mas bien , que le pasaba a nuestra historia en esos años donde escribias , que vivias lo que sentìas lo que suponìas......
Si bien desconozco muchos hechos ,
hay casos que quedaràn gravados permanentemente ,
enarbolando a los miles de desaparecidos a causa del golpe militar,
donde aun recuerdo que, los polìticos no pudieron mirarse a la cara y dialogar como el pueblo lo pedìa, sino que entre los opositores al règimen se hacian còmplices de un hecho que marcarìa la historia constitucional con sucesos terriblemente dolorosos. .......


Manuel , gracias por darme de beber cuando mas sed tenìa..

Anónimo dijo...

Manuel.....que el "caballito de mar" que acompañõ a miles de prisoneros polìticos en 4 Alamos sea tu guìa en los momentos dìficiles...

Anónimo dijo...

Manuel:
Casi no recordaba lo que sucedió en 1976. Te agradezco con profunda emoción los escritos que enviaste.

Anónimo dijo...

hermano
me emociona la voz de tu padre la vaLENTIA DE UN HERMANO QUE DIO TODO, TODO, Y QUE TODAVIA NO ES RECONOCIDO COMO UN MARTIR, COMO UN HOMBRE QUE ESTUVO EN LOS MOMENTOS DIFICILES Y PUSO EL PIE, EL ALMA, SUS IDEAS AL SERVICIO DE LOS OTROS..ES UN HONOR OIR ESTAS PALBRAS Y COMO HERMANO DE OVEJA NEGRA TE DIGO QUE LA REVOLUCION LA HAREMOS EN NOMBRE DE TU PADRE, QUE NO TE QUEDE DUDA, QUE NO DEJAREMOS DE LUCHAR HASTA QUE LAS COSAS SE HAGAN CON LAS BASES ORGANIZADAS DE TODO UN PUEBLO, QUE LOS QUE CREEN EN LA HEGEMONIA Y EN ACAPARAR LOS ESPACIOS NO ENTIENDEN A SU PEBLO, A LOS MILES QUE TIENEN HAMBRE EN ESTOS INSTANTES, UN APETITO TREMENDO DE LIBERTAD DE DECIDIR....LAS PALABRAS DE TU PADRE, DE NUESTRO! HERMANO VUELAN ENTREN LAS NUBES Y LAS ESTRELLAS QUE ILUMINAN ESTE NUEVO RECORRIDO DE LAS LUCHAS QUE VENDRAN

Anónimo dijo...

Gracias Manuel por invitarme a este tan sentido aniversario de nuestro hermano, tu padre, Manuel. Agradezco que desees compartir esos escritos, que seguramente nos interpretan y lo seguirán haciendo mientras no logremos las plenas libertades indo americanas.

Anónimo dijo...

Estimado Manuel G:!felicitaciones! por tus cariños de compartir esta vivencia emotiva

dolorosa,sanadora.........Un Abrazo

Anónimo dijo...

Estimado Compañero:

Te agradezco que puedas compartir con nosotros los escritos de Manuel.

Saludos afectuosos.

Anónimo dijo...

HOLA MANUTARA.

QUE BIEN NOS HACE EL RECORDAR PARTE DE LA HISTORIA QUE FUE TAPADA POR LOS ELOGIOS ECONIMICOS DE ESTE PAIS.

MUCHAS COSAS NOS UNEN HERMANO, NUESTRAS LUCHAS DE PENDEJOS HACIENDO COSAS DE GRANDES, DEJANDO EN JAQUE A LA DICTADURA.

ALGUN DIA TENDREMOS QUE ESCRIBIR LA SEGUNDA PARTE DE ESTA HISTORIA, POR MIENTRAS ME TOCA CONTARSELA A MIS HIJAS,QUE ME MIRAN CON CARA DE ESPANTO CUANDO SE ENTERAN DE LO SUCEDIDO EN NUESTRO PAIS.

PERO AQUI ESTAMOS.

NO QUISIERA OIR NUNCA MAS LOS TAMBORES DE RADIO COOPERATIVA DE ESE MES DE MARZO,POEQUE AUN RECUERDO A MI MADRE PLANCHANDO Y LLORANDO DE RABIA POR LA MUERTE DE MANUEL .

ESTA EN MI MEMORIA LA MARCHA QUE HICIMOS Y LA RABIA QUE DESBORDAMOS POR LAS CALLES DE PROVIDENCIA.

AQUI ESTAMOS HERMANO, SIEMPRE LISTOS,SIEMPRE ATENTOS , SIEMPRE CON LA ESPERANZA QUE NUNCA MAS EN NUESTRO PAIS VUELVA A PASAR ESTE HORROR.

SALUDOS HERMANO.

Anónimo dijo...

No había tenido tiempo de leerlo, estoy tan ocupada con la tesis. Acabo de hacerlo, y lo que siento es un sabor amargo, una tristeza indescriptible. Su padre era tan tierno, tan lleno de vida, esperanzas y sueños. Lo que más bulle de su escrito es su ternura, su compromiso con la vida y con la sociedad

Anónimo dijo...

Manuel,

Realmente excelente iniciativa, el presentarnos a tu padre y así conocerlo y conocerte desde tu origen.

Un gran abrazo

Anónimo dijo...

Hola compañero Manuel :
Gracias por tu resolución de NO permitir, que tu padre pase al grupo de los muertos.
Manuel siempre vivirá en nosotros.
Uno de mis hijos lleva su nombre en homenaje a él, hoy a sus 19 años tb sus ideas de libertad y defensa de los oprimidos.

Anónimo dijo...

Manuel:
GUAU¡¡¡¡¡ que escritos los de tu padre... y que importante trozo de historia te dejo para compartir... él tenía 28 años y yo sólo 6 años... y por ende no recuerdo nada de esto... solo algunos registros de imagenes vagas... Me parece que heredaste no sólo los escritos sino también la fuerza y la valentía... Gracias por compartir tu historia familiar conmigo y me permitiré compartirla con otros...
Fuerza, Paz y Alegría para ti..

Anónimo dijo...

Gracias Manuel, esto me llena de emoción, te agradezco que compartas algo tan íntimo.

Saludos cordiales

Anónimo dijo...

Manuel:

Inicio varias veces las lecturas. Porque aún a la distancia de los años, de una vez es demasiado.
Muchas gracias por compartir eso que muchos llevamos dentro, y que ojalá nunca se pierda.

Cariños

Anónimo dijo...

Estimado Manuel:

Todavía recuerdo las informaciones de los tres degollados esos días de otoño en un Chile ensangretado y pos terremoto, pero lleno de fuerzas y luchas de su pueblo que fue derrotado por los que negociaron con esos asesinos y todavía siguen en el poder. Tu padre fue uno de los que enfrentó a la dictadura desde su país y es por eso que el pueblo nunca lo olvidará. Además me parece muy bueno lo que estás haciendo y te doy las gracias por invitarme a participar de las lecturas de los escritos de tu padre.

Anónimo dijo...

Estimado Amigo:
Gracias por traer a la menoria a tu Padre, quisiera acompañarte en tus sentimientos.........
Al escribirte, me pasa que siento que estoy hablando con tu Papá, esa imagen de los "jugados", de los "seco", de los que trascienden, de los inmortales, ya que en vida, se encargaron de hacer muchas acciones tan valiosas, sensibles, solidarias, cariñosas... tanntas y sobre todo tan coherentes.... (que ningún chanta, tarado, involucionado, habrá pretendido detener, dañando su prótesis, nunca se enteró, que eso no se hace!!...... ni menos que "Manuel" "El Profe", por sus lindas acciones en vida, ya había tomado el "hilo de la eternidad".....
Para Ti y tod@s tus seres queridos... ""Paz en el ! corazón, Luz en el Entendimiento""....

Anónimo dijo...

Estimado Manuel:

en estos días en que se conmemora un año más de
la muerte de tu padre y de mi entrañable amigo y
compañero José Manuel Parada, quiero aprovechar
la ocasión para saludarte y reconocer lo valioso que
ha sido tu aporte en estos años.
Espero que sigas teniendo la energía y el espíritu
para mantener vivo el recuerdo de tu padre,
y especialmente su consecuencia

un abrazo fraterno

Anónimo dijo...

Querido Manuel...no te conozco pero sí conocí a tu maravilloso abuelo, del que guardo los mejores recuerdos y gratitud por su inmensa luz y humanidad, que generosamente irradió a los entonces jovencitos que éramos. También a tu entrañable abuela, su esposa. Ternura acojedora, comprensiva generosidad
y calidez inconmesurable. Mil gracias por estar en la lista de tus
correos...es un honor...lo difundiré a toda la gente buena que conozco...Un abrazo

Anónimo dijo...

Gracias Manuel, un aporte a la memoria inmediata en la amnesia de este país,
es siempre bienvenida, Un abrazo grandotote

Anónimo dijo...

Manuel,

Muy hermoso lo que estas haciendo.

Como dijo el poeta, los que luchan un día ...

Siempre es bueno recordar, especialmente con/para gente que tiende a vivir de manera inconciente el presente, superficialmente. Olvidando aquella frase napoleónica "el pasado responde por el porvenir".

Nos hace falta mucha gente como tu para vincular nuestras raíces con las ramas y hojas de los árboles, pero también las dos caras de la vida.

Esto me hace mirar con gran optimismo los inicios del gobierno de MB... Hay que humanizar la vida. Enfrentar el Sanhattan con la Pintana, las cúpulas con la base, ganadores y perdedores, en fin, reconocer que la vida tiene un lado a y otro b, nuestros hijos y sus abuelos. Los tuyos no lo tienen o tendrán, pero a través tuyo y tus acciones lo tendrán tanto o más presente que otros que viven en la inconciencia.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Gracias Manuel por mantenerme al tanto de lo que se va
a hacer en memoria de tu padre, que representa a
tantos y tantas que han dado su sangre por la libertad
y la justicia.
yo estoy en España estudiando, ten la certeza que de
algun modo tendre presente a tantos compañeros que han
luchado y siguen luchando por una patria mas justa.
un abrazo a la distancia

Anónimo dijo...

Manuel,no tengo el gusto de conocerte,pero estoy contigo en éste momento y creo que desde siempre.Saludos,un abrazo y mucha fuerza......

Anónimo dijo...

hola manuelito guerrero antequera,

quiero enviarte mi brazo solidario y el de toda mi familia, desde estas blancas tierras canadienses.

además, quiero que sepas, que aunque no recibas contestación a tus envíos, los que vivimos aquí en el exilio (para siempre), leemos y circulamos tus notas... éstas y las anteriores que has enviado.

al igual que los compañeros que viven en nuestro suelo, esperamos con ansias que se haga justicia a todas las víctimas de esa atrocidad que fue la
dictadura y sus secuelas... no estamos por el olvido, ni mucho menos por
el perdón.... repudiamos cualquier gesto de indulto a los verdugos de nuestros compañeros y de nosotros mismos, porque el exilio es una cuenta que aún nadie le ha pasado a los criminales......

gracias por tus envíos.... honor y respeto a las víctimas de la dictadura!!

Anónimo dijo...

Gracias Manuel por compartir a tu padre con nosotros.
Sus escritos serán un aporte a toda reflexión y
también para la acción.

Anónimo dijo...

Querido compañero: He leído con gran interés esas palabras de Manuel, tu padre. en ese tiempo yo estaba exiliada en Suecia. Había sido traslada como un paquete desde Argentina, en donde viví mi segundo golpe de estado.
todo lo que se cuenta yo lo escuchaba en Radio Moscú y en lo que contaban los compañeros que llegaban de Chile. cuando leo todo eso que se vivió, pienso que el valor de tu padre y tantos otros es mayor del que le hemos dado. Esa angustia, esa inseguridad, esa mierda de vida y sin embargo el ánimo, las ganas de luchar no mermaron.

Esto lo voy a mandar a la página de los Brigadistas de la memoria, vale la pena que todos la vean.

Gracias por compartir conmigo este testimonio terrible pero a la vez heroico.

Anónimo dijo...

Gracias Manuel por compartir las memorias de tu padre de manera tan
desinteresada...gracias por la confianza en un país mejor que el de ayer.

Anónimo dijo...

Y uno descube que los testimonios de vida son imperecederos, que las palabras permanecen con destino al alma de quien lee, que nadie puede detener la primavera que sembraron aquellos que ya no están.