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27 febrero 2016

Los muertos de mi felicidad

Como parte del regaloneo de nuestro aniversario de pareja, ella la bella me obsequió un masaje a dúo, en que asistimos juntos a una sesión de sauna y relajación. Una experiencia de alta sensibilidad, en un espacio muy bien llevado, que invita al cuidado y respeto, la reflexión, el dejarse ir y estar, en el aquí y ahora. En el disfrute del pasar de un espacio a otro, en un ambiente de máxima intimidad, en que los sentidos son activados por aromas, aguas, aceites y paños de distintas temperaturas, imbuidos en un diseño minimalista que llama a la paz interior, en la vivencia de un compartir en pareja simple y feliz, al momento en que en uno de los masajes, recostado en una camilla cómoda, me fue suavamente cubierta la vista para solo ser uno con lo que sucedía placenteramente en mi cuerpo del cual iba, palmo a palmo, tomando conciencia con respiración regular, me vi intervenido por un recuerdo ajeno, que yo no viví, pero que vivieron tantos, cercanos y lejanos a mí. En esa exposición semidesnuda, con la vista vendada, sin conocer la rutina de lo que seguiría, pensé en los torturados. Fue solo un momento fugaz, pues rápidamente mi mente llamó a la calma, a no confundir espacios y realidades, a no dejarme invadir y recorrer por aquella experiencia límite radicalmente diferente a lo que yo estaba viviendo. Sentí la desnudez de mis pies, la fragilidad de mis manos abiertas, la boca de mi estómago dirigida al techo indefensa, el peso de mi cabeza que reposaba sobre la camilla con la vista vedada, aguzando el oído en alerta. La situación es diametralmente distinta, no hay comparación que valga. Pero a nivel de sensaciones simplemente viajé hacia ese recuerdo que me ha llegado por testimonios que he trabajado y por la compañía que hice de pequeño a mi padre en sus sesiones de recuperación. Quien me masajeaba con delicadeza profesional puede que haya sentido alguna energía o tensión que delataban oscuros pensamientos. Al minuto estaba de regreso al aquí y ahora, viendo una bella flor de loto, colores cálidos amables que me envolvían, la suavidad enérgica de las manos que me recorrían no para dañarme, sino para regalarme paz. Oí la respiración de ella, la bella, que vivía en mi camilla contigua este momento de amor compartido que me regalaba. Volví a mi presente, atravesado por fantasmas, pero que soy capaz de acoger y despedir sin que bloqueen mi posibilidad de vida. Sentí compasión, no pena ni rabia, sino sorpresa, asombro, solidaridad, ternura por mis hermanos. Regresé y me conecté con la vista de mi mujer clara, que amo y me ama. Y sí, soy feliz, soy un hombre feliz, y quiero que me perdonen en este y todos los días, los muertos de mi felicidad.

22 marzo 2012

Parque por la Paz Villa Grimaldi: Manifiesto de los 15 años

En este aniversario que conmemora la apertura del parque un 22 de marzo de 1997, quisiéramos agradecer todas las voluntades y energías reunidas.

A los sobrevivientes de Villa Grimaldi empeñados en la recuperación del sitio y en reconstruir la historia de este lugar con testimonios que, han permitido seguir buscando verdad y justicia pese al paso del tiempo.

A los familiares que asumieron desde los inicios que, este era un sitio de memoria de sus seres queridos.

A las organizaciones ciudadanas de La Reina y Peñalolén cuyas movilizaciones fueron decisivas para obtener la recuperación de este sitio.

A todos quienes han conformado los directorios, desde la constitución de la Corporación en 1996. También a todos los socios y socias que han aportado en voluntariado, ideas, presencia o significativos aportes materiales.

A todas las autoridades del Estado, gobiernos y parlamento que desde sus distintos roles y en diversas fases de desarrollo nos brindaron su apoyo para recuperar el sitio, obtener el comodato y transformarlo en Monumento Nacional.

A las instituciones internacionales, a los amigos y representaciones diplomáticas; y muy particularmente a los miembros de la Coalición de Sitios de Conciencia con quienes hemos compartido experiencias, enriqueciendo así nuestro trabajo, entre ellos Memoria Abierta de Argentina.

A las agrupaciones e instituciones de Memoria que en Chile hacen un trabajo por la construcción de Memoria y promoción de los Derechos Humanos.

A nuestros vecinos más inmediatos, las organizaciones sociales y al municipio de Peñalolén que nos han colaborado de muy diversa forma.

A los artistas y creadores que han estado en Villa Grimaldi animando las conmemoraciones y actividades culturales en una agenda continua y diversa de muchos años.

A los docentes y estudiantes que han visitado en forma creciente este sitio de memoria. Particularmente a los jóvenes a quienes la experiencia de estar en este parque y museo de sitio les ha fortalecido convicciones y esclarecido contextos.

A los medios de comunicación audiovisual, escrita, radial y electrónica que han difundido nuestros contenidos y logros.

A los jueces investigadores, a los abogados de DD.HH, a los religiosos comprometidos que han aportado a acrecentar la significación de Villa Grimaldi en Chile y el mundo.

A los profesionales, trabajadores y voluntarios que a lo largo de estos años han aportado a desarrollar diversas líneas de trabajo que hoy fortalecen nuestro quehacer.

A todas nuestras visitas, desde la mas anónima que prefirió no registrarse emocionada por la experiencia, hasta los y las jefas de Estado que nos visitaron, al igual que laureados escritores, reconocidos y admirados cantantes, diplomáticos, honorables defensoras y defensores de los derechos humanos, estudiosos y expertos en patrimonio y estudios de la memoria, que con su visita dieron difusión y realce a nuestra existencia.

A todas las instituciones del ámbito académico y patrimonial que en tanto convenios y sociedades hemos crecientemente desarrollado iniciativas.

En suma, a muchos y a muchas que han posibilitado que a 15 años de la apertura del Parque por la Paz Villa Grimaldi, este sea un espacio legitimado en Chile y el mundo por su aporte a la construcción de Memorias y promoción de Derechos Humanos.

Nuestros logros podrían medirse de variadas formas. Por los años de permanencia. Por todo lo que ya constituimos como sitio de memoria, con vestigios combinados con reconstrucciones y memoriales junto a valiosas colecciones como nuestro Archivo Oral. O con el número creciente de visitantes a través de los años, el que continúa acrecentándose en las modalidades de delegaciones estudiantiles y público en general. En definitiva, podemos ser medidos de múltiples maneras, y lo común será no sólo haber sorteado dificultades, tensiones y a veces incomprensiones, sino el que progresivamente hemos construido un sitio de memoria para aportar a las memorias de Chile y así aportar a la memoria de la humanidad.

Nacimos torciéndole la mano al destino que el Terrorismo de Estado había decidido para este sitio: borrar huellas, encubrir rastros, en suma impedir que fuera un espacio para la memoria, recordar a los nuestros y lo aquí acontecido, junto a la denuncia y al trabajo por la verdad y el nunca mas.

Cumplido el objetivo de recuperar este sitio de memoria, hoy nuestra misión es “preservar y comunicar la historia de Villa Grimaldi, como sitio patrimonial… vinculado a las víctimas y a las acciones del terrorismo de Estado perpetradas en el lugar, para promover la reparación simbólica y una cultura de derechos humanos como base de la convivencia democrática de nuestra sociedad”.

Y desde nuestra visión la tarea para “los próximos cinco años es consolidarnos como referente nacional e internacional en la recuperación y la transmisión de las memorias vinculadas al terrorismo de Estado y la promoción de una cultura de los derechos humanos”.

Nuestro 15 Aniversario transcurre en un Chile tensionado que, quiere una mejor democracia y que revela las injusticias del modelo económico y las limitaciones del modelo político. Como sitio de memoria, no podríamos sólo alegrarnos de alcanzar estos 15 años con nuestras puertas abiertas a todos y todas las chilenas. La posibilidad de plena vigencia de los derechos humanos, de todos los derechos humanos esta en directa relación con la participación y profundización de la democracia, en suma con una sociedad de derechos. Manifestarse y demandar derechos es una condición básica e irremplazable que en democracia no puede estar amenazada lo mismo que en dictadura.

Al finalizar, un emocionado recuerdo de todos y todas quienes perdieron la vida aquí en los años de la dictadura. También, el recuerdo de compañeras y compañeros que contribuyeron a esta tarea y hoy están entre nosotros.

DIRECTORIO CORPORACION PARQUE POR LA PAZ VILLA GRIMALDI

Peñalolén, 22 de marzo 2012.

20 noviembre 2011

OJO: 21N 11.00 hrs. Mitin y Entrega Carta al Ministerio de Defensa contra Torturadores

Nunca + un KRASSNOFF ni un CONTRERAS
A la ESCUELA DE LAS AMERICAS

200 cadetes de la Escuela Militar van cada año a EEUU

Lunes 21 de noviembre 11:00 hrs.
Mitin y Entrega de Carta al Ministerio de Defensa 
Punto de Encuentro Alameda/ JV Lastarria 
(Metro UC) 

Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, Casa de la Memoria José Domingo Cañas, 
Comisión Ética Contra la Tortura, Comité Oscar Romero, Comunidad Ecuménica Martín Luther King
Observadores de la Escuela de las Américas

17 noviembre 2011

Cooperativa: Manuel Guerrero pidió a "militares jóvenes" repudiar homenaje de Labbé a Krassnoff

Manuel Guerrero Antequena, hijo de una de las víctimas del caso Degollados, mostró su repudio por el homenaje a favor de Miguel Krassnoff que realizará el alcalde Cristian Labbé en el Club Providencia.
ImagenGuerrero llamó a "los militares jóvenes de Chile a repudiar en sus filas actitud de alcalde Labbé".

"Krassnoff abusó del uniforme, mató y torturó a compatriotas usando al Estado como móvil. No es ejemplo de valor, sino de cobardía canalla e indignidad", indicó a través de su Facebook.

"Rompan jóvenes con los asesinos. No carguen con sus abusos y nula moral", sentenció.

En el acto, patrocinado por la Corporación por la Justicia, la Verdad Histórica y Respeto por el Estado de Derecho, será presentada la cuarta edición del libro "Miguel Krassnoff: Prisionero por servir a Chile".

Los organizadores del evento esperaban contar con la presencia del Presidente Sebastián Piñera en el homenaje al ex uniformado, quien enfrenta una condena de 144 años de cárcel por 23 casos de violaciones a los DDHH. Aunque desde La Moneda declinaron la invitación, señalaron que el Mandatario envía "un saludo afectuoso" a los asistentes.

FUENTE: Cooperativa
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PRONTUARIO DE MIGUEL KRASSNOFF MARCHENKO

El ex oficial del Ejército de Chile, Miguel Krassnoff Marchentko, quien fue agente de la Dina, está preso en la cárcel de Punta Peuco en Santiago, condenado por crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura de Augusto Pinochet. Krassnoff fue conocido al interior de la DINA y del Ejército como “El Príncipe”. Oficial de alta estatura, 188 centímetros, pelo rubio y de modales torpes, consigna el diario Cambio 21 que denunció el homenaje que le hará el alcalde de Las Condes, el también ex DINA, ex coronel de Ejército, Cristián Labbe.

Involucrado en asesinato de Víctor Jara

Algunos jueces lo han interrogado por innumerables hechos criminales y algunos testigos lo han involucrado en el asesinato del afamado cantante Víctor Jara. “El Príncipe le dio el tiro de gracia, luego que un conscripto le disparara al actor y músico”, señalan testigos e incluso varios conscriptos que realizaban su servicio militar en esa fecha.

Estos hechos se produjeron en el ex estadio Chile, hoy Víctor Jara, donde el afamado músico fue torturado (le sacaron hasta sus uñas) en 1973. Las versiones cuadran para inculpar a Krassnoff ya que a la sazón tenía el grado de Teniente y era jefe de una patrulla del Ejército, que comandaba como los “conscriptos del Príncipe”.

Krassnoff tiene una singularidad: estudió en la Escuela Militar sin ser chileno, como señalan las estrictas normas del Ejército de Chile. Nació en el Tirol, Austria y supuestamente proviene de una familia de cosacos, que es un soldado de caballería rusa con gran resistencia física y fuerza. Otros dicen que los cosacos son jinetes guerreros y bandoleros.

Comandante de brigada Caupolicán de la DINA

El “homenajeado” por Labbé Galilea fue jefe de la brigada Caupolicán de la DINA y de las agrupaciones Halcón 1 y 2. Eran brigadas de exterminio del Movimiento Izquierda Revolucionario, MIR y del partido Socialista. “Exterminio” es tal como usted lo lee. Estos sujetos de la DINA, arrestaban a una persona, la torturaban en los distintos recintos de esta policia secreta, cometían las peores aberraciones físicas y sicólogicas en contra de indefensos e indefensas chilenos/as (violaciones sexuales entre ellas), si alguno (a) quedaba vivo (a) era torturado hasta morir. Exterminar es igual a asesinar.

Informaciones desclasificadas de Alemania y de la agencia norteamericana, la CIA señalan que Krassnoff siempre estaba armado de dos pistolas, “una Browning y una Colt 45 y en su auto guarda una ametralladora Aka”

La misma CIA señala que trabajó directamente con el fallecido torturador de la DINA Osvaldo “Guatón” Romo. Era su subalterno. “Es lo más probable que no violó a mujeres ni robó en allanamientos, pero dejó hacer a Romo, y a otros el trabajo sucio”.

Krassnoff ya fue homenajeado: fue en 1974. Participó directamente en el crimen donde murió el líder del MIR, Miguel Enríquez en la comuna de San Miguel. Le dieron una medalla al mérito. El padre biológico del ex candidato presidencial, Marco Enríquez Ominani se enfrentó en esa oportunidad, sólo con su mujer (Carmen Castillo y otras dos personas) a un verdadero Ejército con helicópteros y tanquetas. Murió de un disparo en la cabeza, que le habría dado…quien otro: Krassnoff…

Crímen de Aida Arón estando embarazada

Uno de los crímenes más repugnantes por los que está procesado Krassnoff (proceso rol 11844 en el Octavo Juzgado del Crimen) es el de Diana Arón. Una chica hermosa, estudiante de periodismo, hija de judios de derecha y que estaban en contra de Allende.

Diana, de ideas de izquierda, fue detenida en la calle en 1974. En la Avenida Ossa en La Reina. Sus padres le escribieron al propio Pinochet para saber sobre su paradero. Tenían contactos al más alto nivel. Nunca recibieron respuesta. Siempre evasivas.

Y en su horrorosa desaparición jugó un rol fundamental, el entonces Capitán Krassnoff Marchenko, el “homenajeado” por Labbé y al que Piñera le desea éxito.

Diana Arón estaba embarazada. Estaba en el hospital Militar, donde cuidaba sus heridas producto de unos balazos que le dieron los miembros de la DINA.

Krassnoff la saca del Hospital Militar de la comuna de Providencia -donde el actual alcalde le rendirá un homenaje- para torturarla en una casa especial de calle José Domingo Cañas de Ñuñoa y en Villa Grimaldi, en Peñalolén.

En este acto, el torturador Osvaldo Romo, antes de morir y a través de declaraciones judiciales y de prensa, señala que Diana “es ultimada por el capitán Krassnoff cuando ya no podía sacarle ninguna declaración. Nosotros la asesinamos”, dice el “guatón” Romo.

Romo sigue declarando: “Cuando torturábamos a Diana Arón, fui brutalmente apartado de mi trabajo y empujado violentamente por mi capitán Krassnoff que completamente fuera de sí gritaba: ¡¡A mi no me vas a engañar y aunque tenga que matarte, me dirás la verdad, perra puta”, dirigiéndose a Diana.

Y continúa el torturador de la DINA, que murió tristemente solo en una celda en la Penitenciaría: “Krassnoff la agredió con tal brutalidad que le produjo una hemorragia, que todo el suelo quedó con un charco de sangre, que debe haber sido parte del feto que perdió por culpa de los apremios…Lo que más me impactó fue que Krassnoff salió de la sala de tortura con las manos ensangrentadas gritando: “Además de marxista, la conchesumadre es judía…hay que matarla”. Palabras textuales de Romo.

Obviamente, Diana Arón pasó a engrosar las listas de detenidos desaparecidos y Krassnoff Marchentko es uno de los militares, después de Manuel Contreras, Pedro Espinoza, que tiene mayor cantidad de causas criminales por desaparición y tortura de personas.

Está purgando penas de cárcel que juntas equivalen a más de cien años de presidio.

Tomado de "CONOZCA EL PRONTUARIO CRIMINAL DEL EX AGENTE DE LA DINA MIGUEL KRASSNOFF" www.elpatagonico.cl

11 noviembre 2011

Llamado de Sebastián Acevedo está vigente: No a la Tortura


Hoy se cumple un nuevo año de aquel 11 de noviembre de 1983, cuando Sebastián Acevedo hiciera un llamado a la policía política de Chile, la Central Nacional de Informaciones, para que le devolviese a sus hijos que habían sido detenidos y estaban siendo torturados. La CNI no atendió este llamado y Sebastián Acevedo, en un acto que aún hoy nos remece, se inmoló en las puertas de la Catedral de Concepción, como gesto de denuncia de la tortura ejercida de manera sistemática en el país y sus propios hijos. Han transcurrido un par de décadas, pero aquello que ocurrió, la tortura y la inmolación de un luchador por los derechos humanos, aún no han terminado de pasar. Y el llamado de Sebastián Acevedo actualiza la pregunta: ¿Cómo es que una parte importante de la sociedad chilena permitió que se practicara la tortura en forma institucionalizada? ¿Hemos finalmente dejado atrás las condiciones de posibilidad que hicieron verosímil la tortura en Chile? Lamentablemente la respuesta es negativa.

Uno de los aspectos más complejos de comprender en el fenómeno de la tortura es el proceso de "subvaloración" y "sobrevalorización" de las víctimas. Se trata de una inversión a partir de la cual el ser humano que se encuentra indefenso, degradado e impotente ante las circunstancias que lo han fijado en calidad de víctima inerme frente al torturador, se convierte, a partir de un fondo ideológico masificado, en "agente de poderosas fuerzas extrañas" o herramienta y parte de "conspiraciones internacionales". Un enemigo interno, una enfermedad, un "cáncer que hay que extirpar de raíz". De este modo, el ser humano objeto de la tortura ha sido, en un mismo movimiento, degradado como inferior al torturador a la vez que se le eleva a una condición de peligro potencial para la sociedad toda que no corresponden con la realidad. Fondos ideológicos, como la Doctrina de Seguridad Nacional, las Guerras Preventivas, o los mensajes actuales de "Seguridad Ciudadana"-, permiten la emergencia de torturadores que al ejercer la violencia sienten que cumplen con un deber cuasi sagrado de luchar contra amenazas de proporciones magníficas.

Esta inversión de roles ubica las acciones de violencia de la tortura en un nivel "defensivo" y no "ofensivo": es el torturador el que se "defiende" torturando, pues defiende a toda la sociedad contra las actuaciones de "fuerzas poderosas" que la ponen en peligro. Así, el torturador actúa por un bien: "defender" a la sociedad. Para que esta inversión de roles sea posible, se hace creer a parte de la población –y aquí la responsabilidad de los medios de comunicación de masas-, que aquél que es castigado con la tortura, es castigado porque "algo habrá hecho" o "algo está por hacer". De este modo, el propio torturado es el responsable de la existencia de la tortura que se le aplica.

La tortura es una demostración de poder que refleja en su dialéctica conflictos sociales. La tortura es el nivel represivo más agudo del enfrentamiento de fuerzas sociales a través de sus representantes. Junto con el castigo y la obtención de información, la finalidad de la tortura es destruir y quebrantar a un sujeto como medio ejemplificador de modo de aterrar a la población y particularmente a quienes se atreven a perderle el miedo a la tortura y se rebelan contra lo que consideran injusto o simplemente se niegan a integrarse a tal orden.

La víctima de la tortura no es un igual, sino el "culpable" de todo lo negativo y adverso, volviéndose la violencia ejercida en servicio social éticamente irreprochable. Por ello no hay conflicto moral en el victimario, pues el Otro no es considerado un semejante, un prójimo, un ser humano: es un "humanoide". El torturador no es, sin embargo, un individuo solitario que da rienda suelta en forma particular a su castigo a los "antisociales". Este recibe órdenes, "la decisión de torturar viene de más arriba". Pero la violencia excede también al que da la orden, no es una cuestión de individuos aislados. Tanto el que manda como el mandado son parte de una organización jerárquicamente estructurada, con pocos arriba y muchos abajo, piramidal. Y en dichos diseños organizacionales, propios de los ejércitos, los valores adoctrinados de lealtad total, respeto absoluto a la autoridad, fidelidad acrítica y disponibilidad absoluta, hacen que el individuo pueda ceder su responsabilidad de decidir. Con este "obedece porque debes", característico de este tipo de organizaciones, se tiene por efecto la cómoda y cínica disolución de la responsabilidad individual. La palabra oficial es ley a obedecer, la que escapa y rehuye toda discusión.

Desde aquí, entonces, la bomba de racimo que implica la sumatoria de grupo, institución e ideología. Se da un juego dialéctico "infernal": sumisión, disponibilidad para la institución, obediencia a la autoridad, lealtad a la jerarquía, hostilidad frente a la diferencia, desaparición de la responsabilidad individual en el obedecer ciego a normas que se consideran de validez universal. Si a esto agregamos el "fondo ideológico" que prepara la victimización del Otro, tenemos un entramado que posibilita que seres humanos normales puedan cometer actos como los de tortura, sin sentirse siquiera responsables de sus acciones.

Estamos en deuda con Sebastián Acevedo y sus hijos, pues nuestro país no ha resuelto lo más importante: ¿Cómo evitar que hechos como la tortura no vuelvan a ocurrir en nuestro país?. Pues si ayer tal práctica se hizo conocida al golpear a quienes representaban la posibilidad de cambiar el orden establecido a favor de intereses populares, ¿podemos asegurar que hoy no se aplica tal violencia a los tildados de "antisociales", jóvenes y niños de origen socioeconómico precario, muchos de los cuales viven en las calles? ¿Qué sucede en las cárceles hacinadas de Chile? ¿La violencia intrafamiliar, el femicidio, el acoso sexual en el trabajo, no son otra forma de experiencia de la tortura? ¿Cómo es estigmatizada desde ciertos medios de comunicación una parte importante de la sociedad chilena y de nuestros hermanos de países vecinos? ¿No allana ello a la emergencia de la práctica de la tortura? ¿Acaso no hay una reemergencia de la práctica institucional de la tortura como componente de la criminalización de la protesta social por parte del Estado chileno? ¿Qué es del fenómeno de la tortura denunciada desde las comunidades mapuche?

Hoy ya no es suficiente con hacer patente la denuncia contra la tortura, pues ella por sí misma no basta para asegurar un "nunca más". Como sociedad debemos ser capaces de avanzar a que se haga justicia y se castigue a los culpables de estos horrores como señal social de que éste tipo de hechos no pueden volver a ocurrir. Al mismo tiempo, debemos hacer un esfuerzo mayor por cambiar las condiciones de posibilidad que volvieron verosímil la práctica institucionalizada de la tortura, para que más allá de lo que se pueda conseguir en el ámbito de los Tribunales de Justicia, la desalojemos para siempre de nuestro modo de vivir la sociedad.

Sebastián Acevedo, lo que te ocurrió no nos ha dejado de pasar.

Manuel Guerrero Antequera


OJO: Hoy, 11 de Nov., 2011: Frontis de la Universidad de Chile, 18:30 horas.
Marcha hasta Londres 38, denunciando los casos de violación de DD.HH. HOY
Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo

08 junio 2011

Informe de la Misión de Observación a la Cárcel de Alta Seguridad por "caso bombas"

Informe de la Misión de Observación a la Cárcel de Alta Seguridad que realizaron en conjunto varias organizaciones de Derechos Humanos. Denuncian irregularidades y violaciones a Derechos Humanos en distintos acuerdos y pactos internacionales suscritos por Chile.

Participantes:
- Paulina Acevedo, periodista en DD.HH., Coordinadora de Comunicaciones, Observatorio Ciudadano
- Marcela Estrada, psicóloga, Equipo de Salud Mental, Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU
- Enrique Faúndez, contador, Encargado de Proyectos, Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo, CODEPU
- José Miguel Guzman, trabajador social, Centro de Salud Mental y Derechos Humanos,CINTRAS
- Hervi Lara, teólogo, Comisión Ética contra la Tortura, CECT
- Marcela Sandoval, psicóloga, Directora Clínica, Centro de Salud Mental y DerechosHumanos, CINTRAS
- Viviana Uribe, ingeniero, Presidenta Corporación de Promoción y Defensa de losDerechos del Pueblo, CODEPU
- Marcelo Urra, psicólogo, Grupo Psicología por Ñuñoa
- José Venturelli, médico, Vocero, Secretariado Europeo de la Comisión Ética contra la Tortura, CECT
- Rodrigo Yaconi, constructor, Delegado, Comisión Chilena de Derechos Humanos

Leer en: http://es.scribd.com/doc/56759345/Informe-de-la-Mision-de-Observacion-a-CAS-UEAS-Caso-Bombas

17 junio 2010

Ojo: Info de Comisión Asesora para la Calificación de DD.DD - Ejecutados Políticos y Víctimas de la Prisión Política

Comparto la siguiente información: "Hoy en la mañana, la Comisión Valech me ha mandado la siguiente información a mi correo personal, correspondiente a la tramitación para la Calificación de Detenidos Desaparecidos - Ejecutados Políticos y Víctimas de la Prisión Política y Tortura. El objetivo de la Comisión será calificar, de acuerdo con los testimonios y antecedentes presentados -pudiendo además realizar todas las actuaciones que estime pertinentes- los casos de violaciones a los derechos humanos:

Por favor, ayúndeme a difundir esta importante información.
Muchas gracias por su atención y colaboración.
Felipe Henríquez Ordenes, Segunda Generación Hijos e Hijas de la Memoria"


Formulario de antecedentes

Las solicitudes deberán presentarse en las siguientes fichas:
a) Preso Político y/o Torturado. Descargar Ficha de Ingreso Preso Político y/Torturados. (Incluye Instructivo) 

b) Detenido Desaparecido o Ejecutado Político. Descargar Ficha de Ingreso Detenido desaparecido o ejecutado Político. (Incluye Instructivo)

Para quienes no puedan imprimir la ficha desde el sitio WEB:
a) En la Región Metropolitana la ficha se podrá retirar en todas las oficinas del Instituto de Previsión Social IPS -ex INP- y oficinas del PRAIS (Programa de Reparación y Atención Integral de Salud) de la Región.

b) En otras Regiones del país, la ficha podrá retirarse en las oficinas de las Gobernaciones ( ver página del Ministerio del Interior) y Oficinas PRAIS.

Las personas que presenten la solicitud en Chile deberán exhibir su cédula de identidad durante la atención.
c) En el Extranjero, la ficha se podrá retirar en los Consulados de Chile. ( ver página del Ministerio de RREE)

Los solicitantes que realicen la gestión fuera del país, sean chilenos o extranjeros, deberán acompañar copia simple de su documento de identidad.

Comprobante de ingreso

El funcionario de la Unidad Receptora correspondiente, entregará un “Comprobante de Ingreso de Ficha y Antecedentes” al denunciante una vez concluida la recepción de antecedentes. (Comprobante de Ingreso)


Importante: Todos los trámites ante la Comisión son gratuitos.

CALLE PHILLIPS Nº 451
EDIFICIO PRESIDENTE, PISO 3
CÓDIGO POSTAL: 8320325
FONO: 800 411 400
SANTIAGO - CHILE

11 noviembre 2008

A 25 años del martirio de Sebastián Acevedo

Hoy se cumplen 25 años de la muerte de Sebastián Acevedo Becerra, un modesto trabajador de la construcción de la ciudad de Coronel al sur de Chile quien, desesperado ante la detención ilegal e inminente tortura de sus hijos María Candelaria y Galo Fernando, por parte de los aparatos represivos de Pinochet, y en señal de protesta ante la negativa de la Dictadura de informar sobre el paradero de ambos jóvenes, se quemó a lo bonzo frente a la Catedral de Concepción, clamando a viva voz porque la CNI (Central Nacional de Informaciones) se los devolviera intactos.

El martirio de este sencillo hijo de un minero del carbón no sólo salvó la vida de María Candelaria y Galo Fernando, sino que sembró una semilla que pocos meses más tarde brotó para transformarse en la que quizás haya sido la más impactante y certera bofetada moral en las mejillas de los torturadores y sus cómplices: el Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, encabezado por el sacerdote jesuita José Aldunate.

Hace un par de años escribí una columna de opinión sobre su caso

A continuación, un pequeño homenaje, recordando una intervención de Roberto Matta sobre los Derechos Humanos.

Manuel.

Discurso sobre los derechos humanos del pintor Roberto Matta, pronunciado en el foro sobre la cultura chilena que tuvo lugar en Torum (Polonia) en mayo de 1979 y en el que participaron connotados intelectuales

Esta historia es tan redonda
como es redonda la tierra
y por eso para verla
redondo ha de ser el ojo.

Ahoranza es ver el centro
desde el centro de la esfera
un ver que es ver de una vez
un alboroto en la vista.

Ver a los destacagados
que quieren arauco muerto
para sembrar sacristanes
descargando avemarías.

Que Alonso ensille su Zúñiga
y alborote el verbo ser
para que redondamente
se sepa lo que hoy ocurre:
se proponen liquidar
lo que arranque en nuestra América
con pinocharcos de sangre
servidores del Imperio.

Estos los destacagados
programados, programadores de agravios
que con balidos de pólvora
tumban y tumban sin tumba.
Para salir del agravio
de que no seamos hoy día
se requiere agricultura
de una real Demogracia.

El estado del humano
en el sepultado estado
en que está cualquier Estado
está en deplorable estado.

Reorganizar la amistad
es la cuestión más urgente
y una sola religión
no sirve para este asunto.
Sacar la luz de la tierra
y de toda conflicción
de raspares y rascares
bajo la lucha de clases.

Que salga el sol en el ser
que nos dejen ser humanos
que el sujeto humano está
muy sujeto a ser humano.

Hay que sacarse la mierda
volver a la inteligencia
iluminar nuestro verbo
reoxigenar la vida.
Mañana es hoy día mismo
y estamos muy atrasados.

Hay que alegrar esta tierra
construir nuevas justicias.
El cuezco de este problema
es que estamos todos solos.
Abrir el verbo sin miedo,
atención al infrarrojo.
Y esto es todo lo que digo
que les digo que se diga.
Señoritas, señoronas y señores:

Muchas gracias.

13 mayo 2008

(Invitación) Poesía contra la tortura


Amnistía Internacional l@s invita a participar en una noche de poesía rescatada de víctimas de tortura en distintas latitudes del mundo desde los 70, incluyendo poemas escritos por presos de Guantánamo, haciendo un llamado de conciencia respecto de la gravedad de estas prácticas y dando cuenta que hasta hoy continúan ejecutandose.

Jueves 15 de Mayo a las 19:30hrs
Café Utopía, Lastarria 105, Metro Universidad Católica

Conceptualización gráfica 19:30hrs a cargo de Feliciano Alba.

Ambientación musical:
apertura 20hrs- trovador Jose Cerpa Salinas
cierre 21:30hrs- The Zulus, música Reggae

Se agredece difundir.

Los esperamos!

www.amnistia.cl
Enterate, indígnate y actúa

06 mayo 2008

La tortura y el Presidente Bush

En una lúcida columna de opinión, el padre jesuita, y teólogo moral, José Aldunate, fundador del Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo, deshace con convicción los argumentos que ha esgrimido recientemente George W. Bush para vetar el proyecto de ley del Congreso de EE.UU, que pretendía terminar con la práctica institucionalizada de la tortura.

Es bastante increíble, para los ingenuos románticos ilustrados entre los que, involuntariamente, me encuentro, constatar que en pleno siglo XXI tengamos que seguir argumentando en contra de algo tan evidentemente bestial, pero que no hemos sido capaces como humanidad de erradicar como la tortura.

Bien por el ya nonagenario Pepe Aldunate, que no se cansa de sacar la voz, con inteligencia, sensibilidad y dignidad, frente a este tema que nuevamente se está naturalizando como práctica habitual en occidente.

Saludos!
Manuel.

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LA TORTURA Y EL PRESIDENTE BUSH
Por José Aldunate, SJ

Me dicen que el Congreso Norteamericano aprobó una ley contra la tortura y que el Presidente Bush la vetó. Este veto no me extraña.

Con él simplemente se explicita la aprobación de una práctica que el Gobierno y las Fuerzas Armadas de los EE.UU han adoptado contra sus prisioneros. Pienso que este abuso criminal no está ausente en la práctica de muchas policías latinoamericanas. Solamente que no nos atrevemos a confesarlo. Por esto creo que será bien que aclaremos con verdad y sinceridad este tema.

Comenzaré por hacer de Abogado del Diablo para el Presidente Bush. Defenderé sus justificaciones de la tortura.

- Es necesaria en la lucha contra el terrorismo.

- Se practica universalmente, aunque en secreto.

- Es una pena menor que la pena de muerte, que ha sido practicada y aprobada en todo tiempo.

Respondamos ahora a estos argumentos.

Es cierto que la tortura puede ser un medio eficaz para obligar a un delincuente a hablar y así desbaratar una red de complicidad. "Si no los apretamos no cantarán" dijo Augusto Pinochet en una ocasión. Pero no es el único medio ni el mejor. A la larga, será contraproducente. Me explico:

Es un medio simple y brutal para obtener las denuncias requeridas. Pero hay métodos más científicos que ponen en juego la experiencia y la psicología para lograr el mismo objetivo. Y logran mucho más. Se conquistan la cooperación voluntaria del sujeto. Donde la tortura deja humillación, rabia y hasta deseo de vengarse contra la sociedad, estos métodos llevan a la conversión y cooperación del delincuente, a su real rehabilitación.

En otras palabras, si tratamos brutalmente a un ser humano, lo haremos más bruto; si lo tratamos más humanamente, se volverá más humano.. Sólo por este camino de más humanización venceremos más definitivamente la delincuencia y el terrorismo.

Un caso excepcional, que a veces se elucubra, es que aplicando la tortura se podrá evitar una catástrofe, no invalida la regla general: la tortura es absolutamente condenable.

Respondamos ahora a los demás argumentos. No es cierto que la tortura se practica corrientemente en todas partes. El humanismo de la civilización occidental la excluyó en el siglo XIX. Reapareció en el siglo XX con los nazis y en diversos países, sobre todo latinoamericanos bajo regímenes militares. Pero actualmente está oficialmente desterrada del mundo occidental cristiano. Bajo la acogida casi universal de la doctrina de los Derechos Humanos, esta abolición tiende a extenderse a todo el Oriente, con excepciones de algunos países musulmanes.

Podemos decir que en Chile, desde la democracia, no se practica la tortura. Hay abusos policiales, hay violencia entre particulares, pero todo eso no es propiamente tortura. Tampoco lo son los interrogatorios prolongados y otras prácticas legítimas, corrientes en los interrogatorios.

En cuanto al argumento que compara la tortura con la pena de muerte que aún hoy es admitida en muchas Constituciones como legítima, diremos lo siguiente. La pena de muerte podría ser admitida como una defensa de la sociedad, eliminando un individuo peligroso. La tortura en cambio. No elimina un peligro, sino más bien alimenta el resentimiento y el odio en el delincuente.

Repongamos estos razonamientos en el hecho histórico de un Presidente de una gran nación que veta la abolición de la tortura, postulada por el Congreso. Lo peor es que este veto no es un acto singular, sino expresa una práctica de las Fuerzas Armadas de esa nación.

Detrás de este veto están los abusos del ejército en Irak, el encarcelamiento de Guantánamo, la remesa cautivos a las cárceles donde se practica la tortura, el rechazo de toda sujeción de la justicia de tribunales Internacionales.

Para los que creemos en una humanidad que marcha hacia la no-violencia, la unidad y la fraternidad, ese veto del Presidente Bush, que abre el camino a la tortura, es un verdadero escándalo. Confiamos en que el Pueblo Norteamericano sepa reaccionar con fuerza y reafirmar su compromiso histórico con los derechos humanos y la fraternidad.

Revista Reflexión y Liberación

29 abril 2008

Publican Testimonio de la tortura como Tortura del testimonio



En marzo de 2006 fui invitado a dar una conferencia sobre Memoria y Violencia Política en América Latina a la Universidad de Granada, España. En tal ocasión, que en este Blog comenté a propósito de la visita al pueblo de mis antepasados Antequera, pude exponer y compartir experiencias con colegas cientistas sociales e historiadores en torno a la temática del testimonio de la tortura.

La conferencia formó parte de un ciclo de varias exposiciones que ha salido publicada, en formato libro, con el título "Historia, historiografía y ciencias sociales", Editorial Universidad de Granada 2007, teniendo a los profesores Arón Cohen Amselem y Rafael G. Peinado Santabella como editores.

Los artículos que aparecen en la publicación son los siguientes:
GEOGRAFÍA E HISTORIA (Y VICEVERSA) ¿QUÉ RELACIONES?
- El historiador y la geografía, por Josep Fontana.
- Geografía e historia. Encuentros y desencuentros en Francia y en España a lo largo del siglo XX, por Josefina Gómez Mendoza.
- La geografía y la historia, en la encruzijada de las identidades, por Juan Sisinio Pérez Garzón.
MEMORIA E HISTORIA: SIGLO XX
- ¿Para qué recordar? Reflexiones sobre el actual momento-memoria en la vieja Europa, por Jaques Maurice.
- La memoria intelectual española: la Universidad de Granada (1931-1945), por Jaume Claret.
- Violencia política y memoria en América Latina: el testimonio de la tortura como tortura del testimonio, por Manuel Guerrero Antequera.
MARC BLOCH Y PIERRE VILAR: HISTORIADORES Y CIUDADANOS
- Marc Bloch, actor y testigo de su tiemo, por Etiénne Bloch.
- Por una colaboración entre historia y economía: el enfoque de Pierre Vilar, por Pablo F. Luna.
- Una función social del historiador: pensar históricamente, por Rosa Congost.
- La noción de civilización en March Bloch y Pierre Vilar, por Michel Vovelle.

Tengo dos copias del libro, y quienes estén interesados en acceder a alguno de los artículos publicados me pueden escribir a mguerrero@uchile.cl para ver la forma en que se los puedo hacer llegar.

En el caso de mi texto, lo publicaré en el enlace Ensayos que está ligado a este Blog.

21 enero 2008

(Invitación) Acto de Memoria y Sanación Londres 38


El Colectivo de Familiares y Compañeros de los 119 invita a Ud. a un
acto de Memoria y Sanación en la ex casa de Tortura de Londres 38, con
ello afirmamos la victoria de la vida sobre la muerte, de la justicia sobre la
impunidad, de la verdad por sobre el silencio.

Este acto cobra especial significación porque en enero de 2008 Manuel
Contreras, M. Moren Brito y J. Friz Esparza han sido condenados en primera
instancia por la llamada Operación Leopardo perpetrada desde Londres 38.

La memoria recupera sus espacios y hace nacer la justicia y la esperanza

Le invitamos a ser parte de este acto donde se rendirá también un homenaje a los DD del mes de enero a realizarse el día martes 22 de enero a partir de las 18:00 hrs.

¡VERDAD Y JUSTICIA!

04 octubre 2007

Un alto para reflexionar sobre Derechos Humanos



La Facultad de Medicina inició las jornadas sobre derechos humanos en donde el académico y uno de los organizadores doctor Alberto Estévez planteó la necesidad de crear una unidad académica de DD.HH. que permita proyectar estos temas con responsabilidad.

Una actividad extensa, intensa y muy emocionante vivieron los asistentes a las Jornadas de Derechos Humanos organizadas por los académicos de la Facultad de Medicina, doctores Alberto Estévez, Inés Pepper y Sergio Valenzuela.

La reunión, efectuada en el Salón Lorenzo Sazie, se centró en los derechos humanos políticos y civiles de primera generación. En la ocasión el doctor Estévez, director clínico de la facultad, resaltó que es importante que la comunidad universitaria haga un alto en el camino para reflexionar sobre este tema e, incluso, planteó la necesidad de crear una unidad académica de derechos humanos que esté alojada en la universidad y que permita proyectar este asunto con responsabilidad, especialmente entre los alumnos.

Por su parte, la profesora Inés Pepper, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Facultad de Medicina, señaló que si bien ha habido un progreso desde que la ONU hizo la Declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948, "estamos muy lejos de cumplir con los deseos expresados en ese texto". Sin embargo, planteó, existe optimismo suficiente como para apostar a que las nuevas generaciones, con respeto y educación, aprenderán a convivir en paz.

Refrendando lo anterior se presentó un video en que diversos alumnos de la facultad leyeron uno por uno los derechos humanos consignados a mediados del siglo pasado.

Tortura y maltrato

El primer expositor fue el doctor José Quiroga, vicepresidente del Consejo Internacional de Rehabilitación de Víctimas de Tortura con sede en Dinamarca y director Médico del Programa de Rehabilitación de Torturados de Los Angeles, Estados Unidos. El profesional hizo un llamado a incorporar impostergablemente en el currículum de los estudiantes el tema de los derechos humanos.

Asimismo, dijo que el 75% de los países del mundo siguen practicando formas de tortura que tienen un impacto médico, psicológico y social en los individuos. "Se entiende por tortura el dolor físico o psicológico severo, con intencionalidad y propósito específico, que es ejecutado por un agente del Estado", apuntó.

También agregó que es importante condenar el maltrato que en algunos países no es penalizado legalmente, ello a pesar de que sus consecuencias son prácticamente iguales a las provocadas por la tortura. "Tenemos muchas tareas pendientes: hay que investigar sobre los efectos de la tortura y del maltrato, medir la efectividad de las intervenciones terapéuticas que deben ser aplicadas por un equipo multidisciplinario y evaluar el impacto que tiene la tortura en la segunda y tercera generación", comentó.

Por su parte, la asistente social y terapeuta familiar, Victoria Gallardo, quien ha estado dedicada a la defensa de los derechos humanos en la Vicaría de la Solidaridad y ha participado de la Comisión Valech, comentó que los conceptos de derechos humanos estuvieron ausentes de la reflexión universal por mucho tiempo. Recién después de la Segunda Guerra Mundial se tomó conocimiento real de ellos: "Por lo tanto, no ha sido obvio que todos seamos iguales en derecho, esto es el resultado de logros sociales", resaltó.

La profesional destacó durante su ponencia la situación chilena y la reacción tan significativa que tuvo la sociedad civil frente al tema, creando comités, fundaciones y otras organizaciones que fueron prioritarias para salvar la vida de cientos de personas y crear una conciencia social que ha merecido reconocimiento nacional e internacional. "Debemos construir una sociedad sobre valores que privilegien la convivencia, sin dejar de tener en cuenta las lecciones del pasado", acotó.

Experiencia propia

En tanto, la abogada a cargo del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Rosemarie Bornand, señaló que el alto número y la naturaleza de las violaciones, torturas, asesinatos y represiones cometidos tras el Golpe Militar de 1973, destruyó el tejido social del país, problema que se vio acrecentado porque el poder judicial abdicó de sus funciones, renunciando a la labor de revisar las sentencias de los tribunales de guerra.

"Nos preguntamos muchas veces si era adecuado participar en juicios que sabíamos eran farsas, pero lo hicimos porque era necesario para recurrir a organismos internacionales y además conformar un registro histórico de violaciones de derechos humanos que, posteriormente, ha sido muy útil", dijo la abogada, quien recordó que entre los procesados hay médicos y enfermeras.

Por otra parte, el sociólogo y asesor de la Unidad de Autoevaluación de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la U. de Chile, Manuel Guerrero, contó la terrible experiencia que debió vivir con apenas 6 años, cuando su padre, madre, hermana y él mismo fueron encarcelados y torturados durante la dictadura, lo que culminó años más tarde con la muerte de su progenitor.

El especialista hizo un análisis profundo sobre los motivos que pueden llevar a un sujeto a torturar a otro, lo que estaría relacionado con la subvaloración y también con sobrevaloración de la víctima. "Por una parte se la consideran infrahumana y por otra se justifica su exterminio en base a su supuesta peligrosidad social. Por eso decimos que la tortura no está bajo control y que debe preocuparnos, ya que hoy continúan ocurriendo abusos. En ese sentido valoro mucho esta jornada que nos ayuda a darle visibilidad a este tema", apuntó.

Finalmente, la doctora Cecilia Sepúlveda, decana de la Facultad de Medicina, recordó a la treintena de académicos, funcionarios y alumnos que fueron arrebatados de la facultad tras el Golpe de Estado. "Para nosotros es muy importante esta actividad en que analizamos el derecho a la vida, a la dignidad e integridad, que son valores esenciales de nuestra comunidad universitaria. En ese sentido, la memoria colectiva nos debe ayudar a reconstruir lo vivido para que nunca más vuelvan a vulnerarse los derechos humanos de las personas ", puntualizó.

Fuente: Web Universidad de Chile

24 agosto 2007

A propósito de la entrevista a "El Fanta", mi padre denuncia al traidor


En su último número aparecido ayer, The Clinic publica una extensa entrevista a Miguel Estay Reyno, "El Fanta", realizada en la cárcel de Punta Peuco en la que él expone argumentos de porqué se convirtió en traidor, torturador y asesino de sus propios compañeros de militancia, entre ellos mi padre.

A raíz de que fui mencionado por él en la entrevista -de hecho aparece como titular de contraportada "El fanta quiere ver al hijo del hombre que degolló"-, la reportera amablemente me contactó y al pie del artículo aparecen en un recuadro mis respuestas a su inquietud de qué significa para mi el Fanta. Las palabras y pensamientos que pronuncié deben ser los más duros y difíciles que realizado en mi vida. Por su naturaleza compleja y dolorosa incluso he optado por no transcribirla este blog, a pesar de que no han parado de rondar en mi cabeza, y concuerdo con cada una de las palabras que ahí dije.

Sin embargo, como mi padre no está para dar su propia versión, he creído oportuno volver a transmitir su testimonio acerca del Fanta. Éste fue dado a conocer en 1976 por papá, y es probablemente lo le haría costar su vida años después en 1985, pues denuncia por primera vez la participación de "El Fanta", en los operativos de lo que se creía eran de la DINA, pero que hoy se sabe era el Comando Conjunto, que articulaba a agentes de las distintas ramas de las Fuerzas Armadas en el período de instalación de la dictadura militar de derecha en Chile.

El Fanta había sido militante de las Juventudes Comunistas, encargado de seguridad de los dirigentes, y conocía muy de cerca no solo la estructura organizacional, sino la vida familiar de muchos de los hoy detenidos desaparecidos durante la acción del Comando Conjunto. Estuvo varias veces con mi familia, jugó conmigo cuando yo era pequeño, y en forma aún inexplicable hasta el día de hoy, pasó de delator a agente de los órganos represivos. Una cosa es no aguantar la tortura, pues se trata de una experiencia límite monstruosa, y otra cosa es convertirse a la escala de valores de los torturadores y participar, colaborar en la destrucción de los conocidos y la organización que antes era propia.

Mi padre fue uno de los pocos que salvó con vida en 1976 de la acción de tal Comando, situación que no fue perdonada por el Fanta, quien participaría directamente en su secuestro y asesinato en marzo de 1985, siendo la persona que decide que la técnica de muerte de mi padre, José Manuel Parada y Santiago Nattino, sería el degollamiento, entregando él personalmente el cuchillo con el cual se perpretuó el crimen. Hoy cumple cadena perpetua en la cárcel de Punta Peuco y está procesado por varios de delitos de lesa humanidad.

A pesar del tiempo transcurrido Miguel Estay Reyno no ha mostrado arrepentimiento alguno por lo obrado. Su principal argumento es que si no hacía lo que hizo sería un detenido desaparecido más, y no podría haber disfrutado de quienes quiere durante estos años. Que cambio un modelo ideológico por otro. Todas estas son simples racionalizaciones que no lo comprometen como persona. Hace falta la reflexión y asumir que vivir a costa de la muerte de otros no es vida; que con su actuación ha arrastrado a sus propios hijos a convertirse en hijos de un asesino; que él asumió libremente su paso de una ideología de lucha por la justicia social a uno de aniquilamiento, pues no es dable suponer que durante la tortura a la que él mismo fue sometido se practicara algún tipo de adoctrinamiento. El Fanta sigue calculando cual máquina, y mientras no se asome a su propia humanidad denigrada por sus propios actos, seguirá condenado a ser abomible, aunque haya sido víctima alguna vez.

Yo he pedido a los abogados poder ir a visitarlo a la cárcel, pues se trata de la persona que vió por última vez a los ojos a mi padre. A pesar de todo lo vivido, yo no creo en el gen del mal, creo en el ser humano. Por ello es que mi llamado es siempre a revisar cuáles son las condiciones de posibilidad sociales que permiten que gente normal termine asesinando a mansalva incluso a sus queridos. Una vez que establezcamos aquello, podremos tomar las medidas necesarias para que el nunca más sea verdadero y no solo una consigna. Por de pronto, la memoria activa es una forma de hacer presente lo que la condición humana es capaz de hacer en determinadas circunstancias y prevenir, de esta forma, que ello no se repita. No es solo que quien controla el pasado controla el futuro, sino que el recuerdo controla lo que en cada caso somos. Por ello te invito a conocer este relato de mi padre.

Un abrazo cariñoso, aunque un poco abatido por mis propios pensamientos,
Manuel.
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La mano del traidor

Un puñete en el estómago me hizo aullar de dolor y fue seguido por otro que me hizo crujir la mandíbula. Golpearon con furia y odio concentrado.

- No hueví pu' Manuel veí que yo te conozco - gritó alguien a mi lado.

En la tempestad de padecimientos la voz heló mi sangre y cosquilleó mis oídos. Me sobresalté y esperé tenso.

- Mejor que contí la firme Manuel, aquí ya tienen la película completa. Vos te llamai Manuel Guerrero Ceballos, teñí 27 años, estay casado con la Vero, tení un hijo que se llama Manuel y tiene cuatro años, tus padres y hermanos se llaman -dio los nombres de cada uno-, erí de una familia comunista, tus parientes han tenido estos cargos en la Jota y el Partido. Tú erí miembro de la Comisión Ejecutiva del Central, de la Jota, en la que participai de tal fecha, hai tenido tales cargos, hai viajado al extranjero. Después del 11 quedaste trabajando en la Dirección de la Jota, y hai ocupado estos cargos y hai estado viéndote con esta gente. Seguiste participando. Esto es para que te soltí de una vez y te podai salvar o te fuiste cortado no más. Lo siento Manuel, pero así es la cosa. Si no entendí te puedo dar otros datitos de tu familia, de la Jota y de tu pega. Yo te recomiendo que mejor hablí, porque aquí al final todos lo hacen. Hay un lote de viejos del Partido, por los cuales se colocaban las manos al fuego, pero que han cantado como locos, y con ellos se ha hecho un trato. Tú también podí hacer un pacto, contar algunas cosas, ayudai su poco y viví tranquilo después. Total esta cosa va pa' largo.

La tensión vivida se precipitó y, una vez más, escalofríos hacían vibrar el cuerpo y la respiración se apretaba. Mi angustia se producía porque esa voz me era familiar, la había escuchado en alguna parte, además que la gran cantidad de antecedentes y sobre todo la forma de decir las cosas resultaba cercana.

Sin dar tiempo a mis cavilaciones las preguntas sucedían sin parar:

- ¿A dónde podemos ubicar a tal y cual?
- ¿Qué pasó con este otro?
- ¿Y al exterior quién viajó en esta fecha?
-¿Cómo se financia la actividad?
-¿Dónde imprimen el periódico?
-¿Cómo se ligan las provincias y el Partido?
-¿Qué nombres de dirigentes y militantes podí dar?
-¿De otros partidos a quién conocí y sabí cómo ubicarlos?
-¿En qué casas se reúnen?
-¿Hacia los milicos qué pega hacen?

Seguía sobrecogido. Mi ansiedad era ubicar al dueño de la voz que dijo conocerme. Eso era muy importante, ya que dependía de quien fuera y si era efectivo que me conocía cómo me seguiría manejando y sobre todo eso podía demostrar hasta qué punto conocían la actividad y el funcionamiento de la Jota. Ya que una cosa era atacar desde fuera la organización y otra era hacerlo desde dentro, conociendo más ampliamente los métodos de trabajo y acción.

La posibilidad de la utilización de presos como delatores o traidores me golpeó brutalmente. En mí se rebelaba el sentimiento de pensar que un antiguo compañero pudiese ser un elemento servil de los que sometían a nuestro pueblo a la represión, al hambre y a la miseria. Quise separar la idea del traidor para suponer que era una maniobra más de los verdugos, y que, como otras, se desvanecerla. No sería la primera vez que se intentaba contraponer a militantes con militantes, pero esa voz me seguía siendo conocida, había hablado con cercanía nueva respecto a los otros interrogadores.

¿Quién podría ser, desde cuándo estaba allí, era obligado a decir eso o era un agente más, sería un síntoma de infiltración? ¿A lo mejor tenían a otros compañeros presos, nada raro que los mismos por los que preguntaban? ¿Y en ese caso qué hacer? ¿Qué posibilidades de accionar tenía? ¿Hasta qué punto tenía sentido negar todo cuando lo podrían conocer? Incluso podría morir en va­no.

- Ya Manuel, mejor colabora y así no te sacrificas inútilmente. Aquí se trabaja a gran escala, no somos novatos y si gastamos plata y tiempo en vos por algo será -, agregó el mismo individuo.
¿Dónde he escuchado esa voz? En alguna ocasión me fue cercana. ¿Pero será la misma? Intentaré mover el brazo, correrme la venda, así lo podré ver y aunque me peguen saldré de la duda. Si sé quién es sabré cuánto pueden conocer.

- No seai, porfiado no veí que te conocemos.

La voz retumbaba en mi conciencia. ¿Dónde la he oído, en qué lugar y circunstancia? ¿Será la proximidad de la muerte que me hace divariar, confundir sonidos y palabras?

El eco de la voz se prolongaba en los mil vericuetos de mi cerebro y sentidos.

- Te conozco.
- No hueví, veí que te conozco.
- Dí la firme, veí que te conozco.

En la búsqueda de la unión de la voz y las imágenes fantasmales, borrosas, que acudían, un espanto profundo se fue haciendo patente. Por vez primera la rea­lidad de la traición me estremecía, me aplastaba, hundiéndome, aún más, en la incertidumbre, en el miedo y el vacío. Sí, vacío. Un vacío de nada, de ausencia-presencia, de vértigo inmenso, de desarraigo de la tierra, ingravidez, oscuridad y silencio. Caminaba por un sendero sin fin, sin límites, desocupado de vida y sentido. Deambulaba solitario, viendo rostros sin facciones, cuerpos sin brazos, voces sin bocas.

La pregunta persistía: ¿Quién era el que machacaba mi carne, acrecentaba mis pesares, empujaba el carro del exterminio?

Una vez más la disputa entre mi cuerpo y la conciencia surgía. Debía ser capaz de serenarme, de reflexionar sobre quién era el bastardo, pero el dolor y la angustia lo copaban todo, no había lugar para pensar.

“Estoy jodido, nada va quedando, no hay en que afirmarse, estoy haciendo el loco aguantando cuando hay gente nuestra trabajando con ellos. Y si hablo san se acabó. Total estoy solo, nadie vigila mis pasos y por lo demás yo soy el que está sufriendo. Tengo que vivir, es estúpido morir.”
La sensación informe, profunda, hiriente fue consumiendo mis tejidos.

“¿Y si hablo qué pasa? ¿Quién me va a poder juzgar, cuando para sufrir esto, hay que estar aquí? Es fácil condenar a la distancia cuando como jueces se dice lo que es bueno y malo. Si este infeliz habló estoy puro hueviando. Pero si les digo lo que sé y después igual me matan. ¿Quién me asegura la vida? Quizás pudiera ganar algunos días. Vivir, vivir, esa es la suprema necesidad. Si hablo después, cuando me suelten, digo que ya lo sabían todo.”

-¿Qué estai pensando? Te dai cuenta que estai cagado, cuenta mejor y llegamos a un acuerdo.

- Ya Manuel, di con quién ibas a juntarte.

Un silencio pesado se interpuso entre ellos y yo.

- Habla concha de tu madre.

El golpe me dolió pero ya no tanto.

“¿Qué pasa que no siento tanto dolor, a lo mejor me estoy muriendo ya?

- ¡No voy a hablar!

- ¿Qué decí?

“Putas, pensé, lo dije en voz alta.”

- ¿Qué decí?, te pregunto. No respondí.

- Dile a este comunista de mierda lo que sabí de él.

La voz del traidor (la idea del traidor tomó cuerpo) empezaba a hacerse familiar. Tengo que conocerlo. Si ubico en qué tiempo lo oí antes, puedo saber más o menos quién puede ser. Antes, claro, es de antes, ahora no me he topado con nadie dueño de esa voz.

Con pomposidad y aspaviento el miserable sujeto reinició su letanía, rodeando cada afirmación de aspectos anecdóticos que indicaban el conocimiento cercano que tenía sobre mí. Cada hecho lo unía a amenazas, expresiones de desprecio y ofertas de colaboración.

- Esto tiene para largo, así que te vai a sacrificar inútilmente, la Jota y el Partido cagaron. Qué sacamos con jugar a los bandidos con esta gente que son especialistas en la cuestión, hasta pueden leerte el pensamiento si quieren. Eso de andar escondido y pasando apuros para qué, cuando hay huevones de arriba que se las arreglan lo más bien, viven como reyes mientras los esclavos trabajan para ellos, y cuando caen presos, los que se creen duros son los que más sueltan prenda. Mira, es cosa de pensar bien si ya tienen cagada a la Jota, más vale vivir. Piensa en tu señora y el cabro chico. ¿No te da pena no verlos más? La solución la tienes en tus manos, de ti depende que salgai de esta y la Vero también se salve. Sí, yo sé que cuesta hacerse a la idea, pero después de dar el paso se arregla la cosa. Vivir, eso es lo que importa, lo demás son huevadas. Estai pensando, nosotros sabemos que le estai dando vueltas al asunto, decídete y avísanos. Ahora.... mira, si no querí darte por las buenas, te vamos a despachar de una vez, y nadie va a saber de ti. Más encima, te podemos cagar con tus compañeros queridos, porque te vamos a requetecagar, hasta el recuerdo, entendí.

La andanada de antecedentes, amenazas y proposiciones, caían como fardos, uno tras otro, sin dejar tiempo para completar una idea cuando estaba frente a otro hecho. La confusión era total. No sabía ya qué pensar, por dónde salir, cómo reaccionar, qué responder o callar.

Las informaciones dadas por el traidor eran, en general, efectivas, correspondían a hechos reales. Temía el enfrentamiento con él, un careo. La mayor angustia era la duda que se metía en mi ser, había ahí un traidor, alguien que estuvo luchando o pensó igual que uno y que servía ahora otra causa. La traición no era una especulación, existía, se daba, era muy posible que fuésemos manejados como marionetas por traidores enquistados.

Esto que provocaba mi rechazo era atenuado por la urgencia de vivir. Se podía hablar y seguir viviendo. “Si digo lo que sé no es traición porque ellos ya lo saben”. El mundo se derrumbaba a mis pies, el andamiaje de credibilidad y confianza se trizaba, parecía estéril sufrir, padecer, cuando habían otros que entregaron todo lo que sabían. ¿Para qué seguir padeciendo, por qué tener que sufrir cuando a tanta gente le es indiferente nuestra lucha? ¿Cuántos hay que en nada se meten y viven sin sobresaltos? Es una irracionalidad esta lucha tan desigual. Nos cazan como conejos, estamos ajenos a nuestros hogares, vivimos como de prestado, entregamos los días y las noches, hemos dedicado más de la mitad de nuestras vidas a esto sin conocer vacaciones, sacrificando domingos, careciendo de reposo y todo para qué, para que en cualquier momento todo se vaya a la mierda. Somos enanos, queriendo alcanzar el cielo con las manos. Ilusos: eso somos.

Sentía una pena honda, dolores no de huesos y carne, sino de sentimientos, desazón, desengaño, frustración.

(Hablo y me salvo...Vivir, salvarse; qué más humano que vivir).

Las lágrimas emergieron. Lloraba, lloraba, por mí, por impotencia, por estar solo, abandonado, perdido, desorientado. El llanto brotó a mares, como un escape abierto a la angustia. Nada me importaba, sentía necesidad de llorar, lo hacía, profusa, copiosamente. La tensión, rabia, confusión, terror, miedo, dolor y todo eso junto y mucho más, se expresaba en lágrimas que bañaban mi cara, imparables. Me entregué al desahogo sin pensar qué pasaba y dónde estaba. Existía solo yo y mi pena. De tanto llorar me trapicaba, me ahogaba, tosía.

¿Qué hacer? ¿Qué hago? ¿Qué hacer? ¿Hablo y se acabó no más? ¿Y si no hablo, me mataran o no? ¿Por qué metí en esto?¿Para qué?¿En qué momento estuve?¿Por qué no me cabrié antes? ¡Debería haberme ido del país!

Parecía que estaba sólo, pues nadie hablaba, no se sentía ruido alguno. Era yo no más que estaba hundido, extraviado, quizás moribundo. (Mierda de vida, mierda de mí).

- ¡No te desesperí Manuel, cuenta con nosotros!

- Conversemos mejor, a ver, ayúdate un poquito y estai al otro lado. Mientras más te apurí mejor, así te verán los médicos.

El deseo de no despertar de ese largo letargo, de continuar sumido en las penumbras, de no escuchar ni saber de nada ni de nadie era muy fuerte.

(Quisiera abrir los ojos y estar en casa. Esto tiene que ser una pesadilla o estoy divariando. Vero, ayúdame, me siento mal, me hacen daño, no los dejes. Grita, grita: ¡Asesinos, se llevan a mi marido, auxilio! ¡Asesinos son de la DINA, asesinos!)

(Son de la DINA, asesinos, son de la DINA, asesinos, ¡eso son!)

Una vez más me sobrecogí, estaba agazapado dentro de mi, hay un tigre dentro de otro tigre, una caja dentro de otra caja, uno más uno dos, dos más dos cuatro…. Estoy agazapado dentro de mí. Ya espero, golpeen si quieren, ya espero. Pienso leseras, me estaré volviendo loco: Manuel Guerrero......presente ......diga señor. ..... llévenselo. ..... amárrenlo. .... .es peligroso, ......y si no se deja mátenlo......En la cabeza debían haberte pegado el balazo, así habría estallado la cabeza, plop: saltaron las pepas. ....y…C......A......G......A......S......T......E.

El silencio, nuevamente el silencio. Hay una luz en el horizonte, camino y camino, me detengo, respiro, con la mano derecha me seco la transpiración, agachado sigo caminando, de vez en cuando me paro y alzo la vista, la luz sigue donde mismo: que lejos está, y cuán cansado estoy, pero llegaré. Paso a paso avanzo por ese paisaje desolado sin que me cruce con cosa viva alguna, alzo la mirada, estoy a pocos pasos de la luz. Un poco más y ya estaré, miro de nuevo y no hay tal luz.

- Manuel, cuenta, háblanos de la Jota, de lo que haces tú.

- No sé, nada sé.

- ¿Cómo no vai a saber nada? Dinos algunos nombres de galla que conocí. Danos diez nombres para empezar, militantes si querí.

- No sé, ya dije que no sé.

Cual garfios dos manos me tomaron de los hombros cerca del cuello y me sacudieron brutalmente.

-¡Si no hablai, muérete de una vez concha de tu madre!

Me zarandeaban y golpeaban, profiriendo injurias, maldiciones.

Grité, aullé, lloré, ofendí:

- ¡Déjenme morir, asesinos!

Volví a sentir gritos, golpes, pero parecía que era otra persona, nada me dolía, me sentía bien, escuchaba, escuchaba, escuchaba, escuchaba.......

- No te vai a morir ahora, huevón. Aguanta, aguanta.

Me levantaban tirando de pies y brazos. A la distancia, una voz presurosa señaló:

- El General dice que lo llevemos.

Escuchaba y perdía la audición. Sentía frases truncas, palabras incompletas.

Corrían y prestos me transportaban en una sábana, frazada o chal.

-¡Apúrate, apúrate!
- Echa a andar el auto mientras....
- ¡Apúrate huevón!
- Abre atrás.
- Tú, agárralo del otro lado.
- ¡Ya está!
- Vamos, corre, vuela, tonto huevón, mira que el fiambre se puede echar a perder....
- Ja, ja, ja, ja....

Encajado en el espacio que hay entre el respaldo del asiento delantero y el asiento trasero, de lado, con las piernas encogidas me encontraba.

- Métele pata.
- Putas que vai lindo Manuel, parecí arrollado con esa frazada.
- Ja, ja, ja, ja....
- Ahora te vamos a bautizar, desde ahora te vai a llamar Pedro Gonzáles Rocha, lo de Rocha te lo ponemos, porque de vos no va a quedar ni rocha.

Nuevas risas acompañaron la amenaza.

El vehículo iba a gran velocidad, en las curvas chirriaban los neumáticos y mi cuerpo zangoloteaba como resultado de las maniobras.

Me sentía pésimo, perdía y recuperaba el conocimiento. En los intervalos de lucidez pensaba en la muerte que me atrapaba. Deseaba que fuera así.

La loca carrera del vehículo continuaba y los ocupantes bromeaban con la posibilidad de un choque, competían en adelantar vehículos, gritaban a los choferes de otros autos. Jugaban. Tras una vuelta muy pronunciada el vehículo ascendió por lo que a mi me parecía una explanada, y gritando ¡cuidado! se introdujo por lo que podría ser un camino. Frenó bruscamente y corriendo descendieron a abrir las puertas.

- i Una camilla, rápido! - gritaron.

Tomaron las puntas de la frazada y me sacaron del vehículo, al tiempo que alguien se me acercó al oído y dijo:

- Ya sabí como te llamai Pedro González Rocha y cerrado el pico. Si hablai con alguien, te liquidamos, eso no solo sucede en las películas, hay gente que muere atropellada, se cae de los edificios y también de los hospitales.

- Te vamos a sacar la venda.

Me estremecí: podía ver los rostros. Todo ese tiempo me intrigaba saber quiénes eran, cómo eran. Ahora podría verlos, registrar sus fisonomías, gritarles en su cara. La posibilidad de ver me dio esperanzas, recuperada un arma, con los ojos abiertos ya no estaba tan indefenso. Me regocijé.

De un tirón desprendieron la venda adhesiva de los ojos, uno de los cuales lo sentía destruido, pues había quedado medio abierto con la tela pegada encima.

Me golpeó la luz, haciéndome lagrimear. Veía nubladamente. Con ansiedad miré las caras de los verdugos. Eran rostros comunes, sonrientes, "normales", miraban con aparente simpatía inclinados sobre mí mostrando preocupación por mi salud. Sus caras denotaban juventud, tendrían mi edad o menos años. Me impactó esta observación, esperaba encontrar hombres con aspectos de enfermos, rostros crispados, desencajados de odio, frenéticos. Estos parecían saludables, de fisonomía bonachona, amigables, conocidos sin conocerlos. Su piel parecía bien cuidada, eran elegantes, rasgos finos. Eran pijes.

- En apariencia ustedes no son malos - les dije.

Se rieron y alzaron el cuerpo poniéndome en una camilla que rápidamente empujada, por no sé quién, entró en un largo pasillo. Los agentes de la DINA corrían a ambos lados. Introdujeron la camilla en una sala pequeña y manos expertas me atendieron: Eran médicos y enfermeras.

- El Director está al tanto y ha dado orden que lo atiendan -, señaló uno de los verdugos.

Nadie dijo nada y empezaron a examinarme para después clavarme inyecciones, ponerme plasma sanguíneo y suero.

Sentía debilidad total y en contra de mi voluntad los ojos se cerraron y nada supe.

Volví en mí, cuando tapado por una sábana, cual imagen de muerto, era trasladado de lugar. Me costó volver a captar la realidad, tenía dolores incisivos y un brazo estaba pinchado con algo. La sábana que me cubría el rostro se pegaba a la nariz y la boca. Temblaba, tenía frío, mucho frío. Las ruedas de la camilla producían un extraño ruido al deslizarse sobre el suelo. Eso, más el recuerdo de los médicos y enfermeras, me hizo pensar que estaba en una clínica u hospital. Debe ser una clínica de la DINA, supuse. El ambiente estaba impregnado del olor característico de los hospitales. La camilla entró en un ascensor y dijeron "tercer piso". Cada detalle lo interpretaba. ¿Me matarán aquí? ¿Serán otras las torturas que aquí aplican?

Si fuera un hospital corriente a lo mejor puedo armar un escándalo, mandar a decir dónde me tienen, pedir ayuda. También puede ser que me lleven donde otros presos. ¿Qué lugar será? No puede ser Dignidad, porque esto creo es Santiago.

Me sofocaba debajo de esa sábana y también para intentar averiguar el lugar donde estaba, con la boca empecé a tirarla.

- Despertaste huevón, quédate quieto -, me ordenaron.

Descendieron y me destaparon en una pieza pequeña que tenía una ventana. Había seis sujetos, varios de los vistos antes. Un médico y un enfermero me trasladaron a la cama que tenía sobre la cabecera una luz potente. Estaba prendida, pues ya estaba oscuro y asemejaba un típico cuarto de interrogatorio de la Gestapo.

- Ahora vai a descansar, mañana hablaremos. Aquí van a quedar dos muchachos contigo, para que no te sientas solo. Y recuerda la advertencia, si tratas de comunicarte con alguien te vai cortado. ¿Entendiste Pelluco?

Todos se habían puesto alrededor de la cama por lo que asemejé la escena a una que habla visto en la película "El Padrino".

El que hacía de jefe era un hombre joven que vestía chaqueta de gamuza, de piel blanca, pelo negro liso, peinado al lado, de aspecto atlético, con una pequeña cicatriz en la pera. Tenía modales delicados. Lo que delataba su función, eran sus ojos, que buscaban estar mansos pero estaban rabiosos, trasnochados, diabólicos.

Junto a él, estaban otros dos, que en conjunto componían el trío de interrogación. El segundo era más bien bajo, de unos 25 años, de piel sonrosada, crespo, ligera panza. Parecía sacado de un cuadro de Rubens. El tercero imitaba a Himmler en sus gestos, lentes medio oscuros, impermeable tipo James Bond y guantes negros finos que se sacaba y se ponía a cada instante. Su tema preferido, como después lo ratificaría, era la obscenidad, la pornografía y la amenaza exquisita. Además de ellos, había los tontón macout, los encargados de la agresión física y la vigilancia, tipos de aspecto lumpeniento, trituradores de hueso, machacadores de carne.
Uno a uno, obedeciendo a su amo, estiraron la mano para despedirse de mi, tomándome la mano izquierda. Sentí repulsión y nuevos deseos de abalanzarme sobre ellos, gritar, golpear, escupir, pero no estaba en condiciones de levantar ni un brazo.

Manuel Guerrero Ceballos, 1976.

21 marzo 2007

[Algo sobre mi padre] El Comando Conjunto golpea


En la mañana del 14 de junio de 1976 mi papá fue secuestrado en plena vía pública, luego que de una renoleta color celeste se bajaran dos jóvenes que lo golpearon y balearon en el tórax ante los gritos de mi mamá que estaba embarazada esperando a mi hermana América. Desesperada, esa misma tarde mi mamá llegó hasta las oficinas del presidente de la Corte Suprema, José María Eyzaguirre, quien luego de oír impactado su relato, se comunicó en su presencia con el coronel Manuel Contreras para investigar si la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA) había sido la autora de la detención de mi padre. Al conocer la negativa de éste, José María Eyzaguirre se comunicó con el Ministro del Interior, teniendo el mismo resultado. En aquellos mismos días se efectuaba una reunión de la Organización de Estados Americanos, en la que los representantes del régimen militar insistieron que no existían recintos secretos de detención.

Durante los días en que estuvo detenido desaparecido, mi papá fue duramente interrogado en el centro de torturas que hoy conocemos como “La Firma” –en calle Dieciocho, en pleno centro de Santiago frente a la actual Universidad Iberoamericana- y en el Hospital de Carabineros. Luego, permaneció siete días incomunicado en el campo de reclusión “Cuatro Álamos”. Fue el único que salvó con vida de las manos del ahora conocido “Comando Conjunto” debido, en parte, a rencillas internas de los aparatos represivos de la dictadura. Cuando el coronel Manuel Contreras supo, a través de la llamada del presidente de la Corte Suprema, que uno de los principales dirigentes de las JJCC a quien sus hombres buscaban intensamente, se encontraba en poder de un Comando que no estaba bajo su mando –el Ejército- sino de la Fuerza Área, la Armada y Carabineros –de ahí el nombre “Comando Conjunto”-, enfureció y movió todos sus contactos y exigió que el director de la Dirección de Inteligencia de la Fuerza Área (DIFA), general Enrique Ruiz Bunguer, y el director de la Dirección de Inteligencia de Carabineros (DICAR), le entregaran a mi viejo. La presión pública, generada por mi mamá y mis abuelos, y la propia desarrollada por Contreras, se hizo insostenible hasta que la DICAR debió asumir su detención. Por ello el 18 de junio de 1976, estando mi papá en el Hospital de Carabineros con la bala aún enterrada en la axila, el general Romero debió entregarlo a la DINA.

Sin embargo, de nada de esto sabían mi mamá y mi Tata, quienes recorrieron todos los centros de información de detenidos, hasta que, sorpresivamente, el 26 de junio de 1976, mi mamá recibió una llamada telefónica del campo de concentración “Tres Álamos”, en la que una voz anónima le comunicó que mi padre había aparecido en ese lugar. Al día siguiente visitamos a mi papá, quien aún tenía la bala en el cuerpo. Ahí, en el patio del campo de concentración, junto a mis abuelos, pudimos conocer los detalles de las horrendas torturas a las que había sido sometido, de las cuales yo en ese momento no es mucho lo que pude retener –tenía seis años y mi papá se cuidaba de hablar delante de mí con detalle-. Más adelante fui conociendo, de a poco, el infierno por el que había pasado papá, sobre todo cuando yo le consultaba a mamá porqué papá saltaba tanto estando dormido.

Pero como si se tratara de una pesadilla sin fin, el lunes 28 de junio de 1976, mi padre, prisionero, fue examinado por los doctores Alfredo Montiglio Espinger, asesor sanitario del Servicio Nacional de Detenidos, y el doctor Cesáreo Roa Muñoz, del Hospital de Carabineros, quienes determinaron que debía ser trasladado al hospital de la FACH para extirpar el proyectil. A su regreso a Tres Álamos, se le notificó que estaba detenido en calidad de activista comunista. Durante su secuestro y todo el período de desaparición nunca, hasta el día de hoy, se le presentó un cargo en contra, ni orden judicial, nada.

El 28 de julio de 1976, el presidente de la Corte Suprema, José María Eyzaguirre, apareció en el campo de prisioneros políticos de “Tres Álamos” como parte de su tradicional visita anual a las cárceles. Allí pudo conocer personalmente a mi papá por quien había intervenido aparentemente sin resultado. En esa ocasión, mi viejo, corriendo riesgo para su vida, le relató -ante los militares que lo custodiaban y las demás personas que estaban ese día de visita- en detalle la tortura, las referencias que sus captores habían hecho sobre los detenidos desaparecidos José Weibel y Luis Maturana, y acerca del centro secreto de detención, hoy conocido como “La Firma”. Pidió incluso una investigación por el posible delito de homicidio frustrado y apremios ilegítimos.

Como consecuencia de aquella interpelación pública, el presidente de la Corte Suprema se vio obligado a oficializar el inicio de una investigación inédita en dictadura, en la que, apoyándose en el relato detallado de mi padre, y contra lo que señalaba públicamente el régimen militar ante los organismos internacionales, afirmó la existencia de lugares de tortura que no habían sido declarados y que los desaparecidos se encontraban en algunos de ellos. Producto de esa investigación se supo que quienes habían detenido a mi padre la mañana del 14 de junio de 1976 habían sido agentes del Servicio de Inteligencia Naval y que luego fue puesto a disposición de la DINA, es decir del Ejército, de conformidad con la Orden Secreta N°35-F-330, del 22 de noviembre de 1975, de los Ministerios del Interior y de Defensa Nacional. De este modo supimos que mi papá, durante su detención y tortura, había pasado por las manos de agentes del conjunto de las ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden del país. Hasta el día de hoy todos los responsables de las detenciones ilegales y tormentos,
ya sean funcionarios militares como médicos, no han sido juzgados, y gozan de absoluta impunidad, lo que implica que circulan en las calles, ejercen su profesión, con el evidente peligro que ello significa para todos. ¿Curioso, no?

Yo pienso que mientras situaciones como ésta, que se repiten por miles en Chile, sigan pendientes, pues el reclamo de justicia forma parte de la exigencia de una vida digna, no solo se hace patente que nuestra sociedad no está en condiciones de hacerse cargo de sus atrocidades y continúa -por medio de la falta de acción- castigando a las víctimas del terrorismo de Estado, pero también no les da la oportunidad a los propios torturadores de tener una instancia desde la cual puedan hacerse cargo de lo que hicieron, de modo de cumplir las penas que correspondan, y así mirar más tranquilamente a sus familiares a los ojos. En este sentido, me siento tremendamente afortunado del padre que tuve, de la historia de la que formo parte, pues siento un sano orgullo por lo que él fue capaz de afrontar en la defensa de sus ideales y organización, experiencia de vida que puedo mostrar transparentemente a mis hijas para que se hagan una imagen propia de su abuelo ausente. Pero ¿qué les queda a los hijos de los torturadores? Pobres seres.

Mi padre dejó testimonio escrito de lo que fue la detención en un texto que llamó Los chacales actúan

01 enero 2007

Entrevista inédita a mi padre

A propósito del fin de año, el diario La Nación en su edición de 31 de enero de 2006 publicó el suplemento especial "Pinochet. Oposición y cultura de la resistencia". En él aparece una entrevista inédita que le realizara José Miguel Varas a mi padre en 1977, poco después de su liberación de las garras de la Dina y el Comando Conjunto. Comparto con ustedes esta entrevista, que no solo resulta significativa por el testimonio histórico que representa esta historia que es una de las miles de nuestros detenidos desaparecidos, sino por la reflexión final que realiza mi padre, en la que incorpora al trabajo de la resistencia la dimensión familiar, la moral, las convicciones y el cariño como nuestras principales armas de lucha por la vida.

Manuel.
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Realizada por el Premio Nacional de Literatura 2006
Entrevista a Manuel Guerrero Ceballos

El 29 de marzo de 1985, el profesor del colegio Latinoamericano y dirigente comunista Manuel Guerrero Ceballos fue secuestrado desde las puertas del establecimiento junto al apoderado y miembro de la Vicaría de la Solidaridad, José Manuel Parada. El día siguiente, los cuerpos degollados de Manuel, de Santiago Nattino y de José Manuel Parada fueron encontrados en un sector de Quilicura. Pero Manuel Guerrero ya había sido detenido y herido a bala por la DINA en junio de 1976. Aquí, una entrevista inédita realizada en el extranjero por el escritor José Miguel Varas en marzo de 1977, tras su liberación y salida del país.
Por José Miguel Varas

Quienes pudieron leer el informe del grupo ad-hoc de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, están familiarizados con el nombre: Manuel Guerrero. El “caso Manuel Guerrero” es uno de los tantos que aparecen documentados en este informe. Es un caso muy singular, pues se trata de un preso político chileno que fue detenido en plena calle, que fue baleado en la calle; que posteriormente desapareció, como es habitual hoy en Chile, y que, sin embargo, pese a todo, reapareció y logró posteriormente su libertad.

Esta noche Manuel Guerrero se encuentra con nosotros y quisiéramos hacerle algunas preguntas sobre los aspectos que podríamos llamar increíbles de la experiencia vivida por él. Y también de las causas que produjeron este feliz resultado de que se encuentre hoy vivo, temporalmente fuera de Chile.

Manuel Guerrero, conocido como dirigente estudiantil es un hombre joven, ¿de qué edad?

-28 años.

-¿Casado hace poco?

-¡Tengo dos hijos!

-Yo creo que sería interesante, en primer término, escuchar directamente de sus labios el relato de cómo se produjo la detención.

-Yo salía de mi casa, el 14 de junio de 1976, con mi esposa que se encontraba embarazada de seis meses, me dirigía al trabajo, cuando cerca de mi hogar irrumpió un vehículo y se desplazaron varios individuos y sin mediar palabra ni identificación alguna procedieron a golpearme, con pies y manos, en el rostro, en la cabeza, en el cuerpo y también a mi esposa…

-¿En qué lugar ocurrió esto?

-Esto ocurrió en la calle María Elena, en el paradero 25 de la comuna de La Florida de Santiago.

-¿Cuántos eran los individuos?

-Los que en ese instante me agredieron y bajaron de una Renoleta de color celeste eran dos, pero después me enteré que en esa operación participaron de diez a doce individuos. Procedieron a golpearme, mi esposa irrumpió en gritos y yo solo atiné a exigir identificación, y ante eso solo recrudecieron los golpes que me daban en distintas partes del cuerpo. Como es natural yo opuse una lógica de resistencia, ante la cual procedieron a balearme. Inicialmente no me di cuenta que había recibido un impacto de bala, sino que solo sentí un gran dolor que me oprimía el pecho y me doblé hacia delante. Debido a esto me tomaron en vilo y me arrojaron con gran fuerza al interior de un vehículo, lo que hizo que mi cabeza se estrellara contra la puerta contraria, que se encontraba en ese momento cerrada. La última imagen que guardé fue de mi esposa, que lloraba y pedía ayuda a los transeúntes que a esa hora, diez de la mañana, caminaban por la calle María Elena de La Florida.

-¿Había mucha gente presente cuando ocurrió esto?

-Efectivamente, había gran cantidad de vecinos que a esa hora acudían a hacer compras para el hogar.

-¿Y qué pasó después?

-Una vez en ese vehículo me golpearon el rostro con una bota, estrellándomelo contra el piso, tras lo cual me tomaron ambos brazos, me los cruzaron por la espalda, los esposaron, y me levantaron un poco para pegarme una tela adhesiva a los ojos. El vehículo partió con gran rapidez, y yo me debatía en ese instante en un estado de semi inconsciencia, solo escuché que ellos indicaban que me llevarían a un lugar que para mí, naturalmente, era desconocido.

Una vez detenido el vehículo, habiendo transcurrido, se me ocurre que treinta a cuarenta minutos, me hicieron bajar por mis propios medios, y a pesar que sangraba copiosamente, tuve que arrastrarme por el piso del vehículo hasta pararme y me exigieron caminar. Como estaba con las manos esposadas y, además, herido, y me encontraba en estado de oscuridad absoluta, caminé y ante cada paso que daba me caía o tropezaba, o simplemente me desmayaba… Ellos, mientras tanto, se burlaban de mí, se reían, incluso en un instante me hicieron avanzar y me precipité por una escalera al suelo. Todo eso, posteriormente analizado, forma parte de todo un sistema de intimidación y humillación de parte de los agentes de la DINA hacia el detenido. Fui conducido a un salón, me parece, por el eco de las voces, donde, a pesar de encontrarme herido, me desnudaron y comenzaron a darme golpes en diferentes partes del cuerpo, de preferencia en la parte herida por la bala…

-O sea que no hubo ni un simulacro de atención médica, sino que de inmediato comenzaron a torturarlo aún estando herido, en esas condiciones.

-Exactamente.

-Y, ¿la herida era grave? ¿Qué parte del cuerpo afectaba?

-Yo, en ese momento, cuando iba en el vehículo, empecé a sentir sangre que cubría mi piel, y comencé a tener dificultades para respirar, por lo que presumí que la herida –y posteriormente se confirmó- era en el pecho. La bala me ingresó por el costado inferior de la tetilla derecha, para quedar alojada, sin salida, bajo la axila izquierda, es decir me atravesó todo el pecho…

-Entonces es una suerte realmente extraordinaria que estemos conversando en este momento

-Efectivamente. Solo circunstancias extraordinarias hicieron que esa bala, que ingresó en el costado derecho y atravesó todo el pecho, no perforara el corazón o el pulmón, y significara la muerte inmediata. Pero respondiendo su pregunta, no solo no recibí atención médica, sino que ellos me procedieron a golpear -estando desnudo, con los ojos vendados y montado sobre una tarima-, la zona de la herida, los pies, la cabeza, distintas partes del cuerpo, a la vez que aplicaban pequeñas y grandes descargas eléctricas incluso en la herida.

-¿Cuánto tiempo duró, digamos, esta primera sesión, y cuánto tiempo duraron en general las torturas?

-Conmigo estuvieron durante todo ese día 14 de junio. En tres ocasiones me plantearon un ultimátum de muerte. Hicieron aparecer posteriormente a un pseudomédico, quien me indicó que si yo no colaboraba, en cosa de veinte minutos iba a morir porque la hemorragia interna era muy grande. Esa situación se presentó en dos ocasiones más, hasta que -debido a mi extrema gravedad-, efectivamente estaba convencido que aquella tarde fallecía. En la noche de ese día fui trasladado nuevamente a un vehículo y llevado a un lugar desconocido, donde recién me dieron algunas mínimas atenciones, que para mí estaba completamente claro que eran para recuperar mi salud, sino que simplemente para evitar que muriera y poder seguir torturándome en los días siguientes.

-Como quien dice, evitar que muriera antes de tiempo…

-Así es. Ellos estaban muy furiosos que durante todas esas horas no quedaran satisfechos con todas mis respuestas, y solo me dieron atención médica para evitar mi colapso definitivo. Y en ese recinto, al que ingresé -y que estoy casi convencido que se trata del Hospital de Carabineros de Santiago-, con la venia y el acuerdo absoluto del director de ese establecimiento, me ingresaron con nombre falso y solo me dieron la atención mínima para evitar que la hemorragia me hiciera sucumbir. Durante los días siguientes fui golpeado nuevamente en ese recinto, a pesar de la atención que me daban allí las enfermeras o los médicos.

-¿Qué fuerzas, en virtud de qué circunstancias, después de encontrarse completamente aislado, completamente en manos de la DINA, en una situación tan difícil, como la que nos acaba de describir, logró reincorporarse al mundo habitual de los seres humanos?

-En el recinto que recibí la atención médica inicial, yo era un objeto que permanecía en la oscuridad total, producto de las vendas que cubrían mis ojos. Permanecía allí durante cuatro o cinco días, para que luego me sacaran de ahí y someterme a nuevos “interrogatorios”, trasladándome a un recinto -que posteriormente me enteré que se trataba de Cuatro Álamos. En ese lugar solo recibí atención médica ocasional, incluso esos médicos o enfermeros que allí me atendían, nunca hicieron una revisión adecuada e indicaban que sólo me atendían para silenciar o responder las acusaciones que se hacían en ese instante contra la Junta y contra los métodos represivos. Por aquellos mismos días en que yo estaba siendo torturado y desaparecido, en Santiago se encontraba sesionando la Asamblea de la OEA, que justamente examinaba la violación de los derechos humanos en nuestro país.

En el recinto de Cuatro Álamos permanecí otra semana más, hasta que finalmente fui trasladado -sin que me lo dijeran expresamente- a Tres Álamos, donde se encontraban los presos en libre plática. Recién, allí, me enteré de que mi esposa no había sido detenida ni estaba desaparecida, debido a la gran conmoción pública que mi detención y baleo había generado en el sector. Los meses de junio y julio de 1976 fueron los meses de más altos índices de desaparecidos, siendo determinante la existencia de testigos o no, en esa aparición. Por lo tanto, mi aparición y reconocimiento como preso parte del hecho de la existencia de testigos…

-¿Cuál fue el comportamiento de su esposa inmediatamente después que el vehículo que lo llevaba a usted herido se alejó del lugar?

-Estaba convencida que iba a perder al bebé que llevaba en su vientre, y gritaba “se llevan a mi esposo, ayúdenme, son agentes de la DINA”. Debido a esta situación se juntó en torno a ella una gran cantidad de personas, que de hecho impidieron que los agentes se la llevaran. Esto impulsó a mi esposa a presentar un recurso de amparo, a movilizarse a los tribunales correspondientes, ante la Cruz Roja Internacional, ante diferentes organismos de carácter humanitario que existen en nuestro país, exigiendo mi reconocimiento como detenido y mi aparición. Quisiera señalar que, durante todo ese tiempo que me encontré desaparecido, el recurso de amparo fue rechazado por la Corte de Apelaciones.

-Seguramente el ministro del Interior, general Benavides, debe haber dicho que don Manuel Guerrero no estaba detenido…

-Efectivamente. El Ministerio del Interior respondió al requerimiento de la Corte de Apelaciones que yo no estaba en manos de la DINA, ni de ningún organismo de los que llama de “seguridad” de la Junta. Esto hacía que mi familia estimara que yo posiblemente estuviera muerto. Incluso tuvieron que ir a la morgue por si el cadáver de su ser querido está en ese lugar. Debido, entonces, a todas estas circunstancias, además de la gran presión internacional que se ejercía en aquel instante sobre la Junta por el caso de los desaparecidos, y también por mi pasado de dirigente estudiantil, los organismos represivos me hicieron aparecer en el campamento de Tres Álamos. Estando allí visitó el campamento la Cruz Roja Internacional, que pudo verificar que yo había recibido torturas de parte de la DINA.

También visitó el campamento de Tres Álamos el Presidente de la Corte Suprema, quien pidió verme, y ante quien reiteré la denuncia que con anterioridad mi esposa le había hecho, y se inició una suerte de investigación que finalizó en que -en el transcurso del mes de noviembre de 1976- la primera fiscalía militar de Santiago se declaró incompetente por falta de pruebas y por no haber podido determinar quienes habían sido los que me habían mantenido en su poder, a pesar de los indicios fehacientes que indicaban que yo había sido baleado y que alguien me había hecho aparecer en el campamento de Tres Álamos. Es decir, esto solo reiteraba la mascarada judicial que existe en nuestro país, y que actualmente, dado los fallos que han emitido los tribunales, han puesto en interdicción a los propios tribunales de justicia con el régimen de Pinochet.

-A través de su propia experiencia personal, y en el contacto con otros prisioneros políticos, sin duda usted ha podido saber y conocer los métodos que utiliza la DINA.

-La DINA y los demás organismos represivos tratan de desarrollar la idea de su omnipotencia, ante la que cualquier manifestación de oposición a la dictadura resultaría estéril. Esto, por supuesto, es un objetivo que trata de detener, aplastar, paralizar cualquier manifestación en contra de la dictadura. Pero, por cierto, no pueden evitar el creciente aislamiento de la Junta militar.

Ellos chantajean al prisionero respecto de la vida del resto de su familia, pero todo indica que los organismos represivos, como la DINA, no respeta, precisamente, la familia por una actitud de colaboración o de delación que pudiera tener alguna de sus víctimas. Y justamente la defensa del desaparecido, como la defensa de su familia, está dada por la capacidad que ella tenga de denuncia la detención, de los trámites que ella haga ante los organismos nacionales e internacionales, que impida que aquella víctima, que aquel detenido se transforme en un nuevo muerto, producto de la política represiva de Pinochet.

-La experiencia ha demostrado que la única esperanza de salvar a los detenidos desparecidos es, precisamente, la vigorosa denuncia ante todos los organismos y ante todas las personas posibles, dentro y fuera de Chile.

- También ellos utilizan, en el trabajo represivo con los desaparecidos, el quebrantamiento moral, espiritual, el rebajar al detenido a la situación de objeto. Con esto, naturalmente, pretenden transformar a aquel detenido en un ser absolutamente entregado a su voluntad. La fuerza que posibilita que uno pueda resistir en aquellas circunstancias, es justamente sus convicciones, son precisamente sus ideales, es precisamente el inmenso cariño que lo une a sus familiares, a su patria, a la razón de ser de su vida, es lo que permite que en aquellos momentos tan duros de la tortura, de la incomunicación y del dolor extremo, uno saque fuerzas morales para resistir, para guardar esperanzas en reconquistar la libertad, en reunirse con su familia y nuevamente rehacer lo que podría denominarse una vida normal.

A través de mi caso, y de diferentes casos, podría señalar que se demuestra que por increíbles que sean las torturas, por más que los organismos represivos traten de anularle los diferentes sentidos y transformarlo en un ser completamente desposeído de atención y aislado del mundo, uno guarda esta reserva, guarda esta capacidad de seguir adelante en el recuerdo de sus seres queridos, en el deseo de vivir, en el deseo de seguir trabajando por lo que considera el norte de su vida. En esa dignidad está la gran defensa del detenido desaparecido. La inmensa mayoría de los detenidos, salvo contadas excepciones, guarda frente a sus verdugos y los carceleros una actitud digna, de desprecio ante estos individuos que matan, torturan, degradan al ser humano, tras lo cual esconden una gran cobardía, esconden un gran miedo, esconden un gran pánico ante la posibilidad de un cambio histórico en nuestro país. Y este temor, que ellos disfrazan de brutalidad, pretende sin éxito aplastar y destruir a cada uno de los detenidos.