Anoche, como regalo de cumple, fuimos con mis lunitas, hermana y madre al preestreno de Hanuk, en el Teatro UC. Una obra conmovedora, escrita y dirigida por Gala Fernández y montada por el Teatro Veleta, que sobre la base de canciones provenientes de las tribus nativas de las llanuras centrales de los EEUU y del sur de Canadá, cuenta la historia de niño de siete años, que ha perdido a su padre y sale junto a su caballo a un viaje en búsqueda de su identidad.
La obra establece una rica y compleja relación entre la madre y el niño, la naturaleza y los animales y el niño, así como la tribu y sus tradiciones y el niño. De una forma lúdica, muy musical y mágica la historia nos va guiando hacia el autodescubrimiento del niño como parte de un colectivo, que lo acoge y le otorga un nombre propio, una identidad. Una rica relación entre lo singular que hay en cada uno de nosotros, y la comunidad desde y a la cual nos debemos, que nos complementa y completa.
¡Qué distinta es la historia de los niños "guachos" en la historia chilena! Algo pasó con nuestra tribu, dispersa, diseminada, agresiva y poco atenta a sus guachitos. El ser colectivo en respeto con la autonomía de cada quien, es algo que como sociedad debemos ser capaces de construir como parte de nuestra identidad. Restablecer lazos comunitarios, personas-grupos-naturaleza.
Pues, ¡nadie es indispensable, pero todos somos necesarios!
Bella obra. La recomiendo.
Más info: Teatro Veleta
1 comentario:
También fui a ver Hanuk... una obra llena de emotividad. Agradezco tus palabras, que bien describen la bellaza y profundidad del relato. Las transmitiré.
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