22 septiembre 2012

Disco q recomiendo para el fin de semana: Laura Nyro

¿Qué oír al despertar un día como hoy? Te propongo aproximarte a Laura Nyro y su disco "Eli and the Thirteenth Confession" (Eli y la treceava confesión). Realizado en 1967 y lanzado por el sello Columbia en 1968, la hermosa poeta y compositora nos invita a un viaje cargado de loas a la belleza activa, pero también al momento de introspección, de hacer una pausa para tomarse a sí mismo y al entorno en serio (qué necesario resulta, no?).

Parar la máquina un poco, y asumirse lentamente, descubrirse, hablarse, como en una confesión. Buscar compañía pero no para distraerse, sino para pensarse, que es un forma también de vivirse, cuando la mayor parte de las veces la vida nos pasa por delante sin recordar que la vivimos desde este cuerpo, corazón, cabeza, pies, caderas, aquí, en este envoltorio y alma (o subjetividad, espíritu, "yo", self, como prefieras llamarle a esa parte que sientes como lo tuyo más próximo, ¿identidad tal vez?).

Te invito a que partas escuchando "Poverty Train", el tren de la pobreza, que Nyro interpretó con 21 años en vivo en el verano de 1967 en el mítico festival de california, Monterey. Oye su búsqueda, pasión, delicadeza; cómo Laura Nyro se ausculta en la intimidad, en su ser social, pero de una manera muy personal, en medio de un público que la acompañó con cierta distancia  e incomprensión, pues tal año los jóvenes hippies esperaban que desde los escenarios tronara rock psicodélico para explorar de otra manera, más expansiva y parafernálica, ruidosa y alterada, crítica y excesiva, la que consideraban una empobrecida existencia en las sociedades de la abundancia (el movimiento hippie fue de clase media alta ilustrada, no lo olvidemos). Y ante ese público, pudiendo Laura Nyro interpretarles sus éxitos más oreja para hacerlos bailar, ella escogió una gema de sus temas más intelectuales y pasionales. No se vistió de flores ni de poncho, sino de dama. No invitó de soporte a una banda rockera a como luego lo hiciera Joe Cocker en Woodstock, sino que subió a tres músicos negros de un sofisticado jazz al escenario. No realizó proclamas ni manifiestos, sino que cantó poesía íntima. ¡Oye, Laura Nyro estaba haciendo contra-cultura en medio de la contra-cultura! Hay que tener coraje y convicciones para ese gesto de autenticidad.

Antes de continuar la lectura te sugiero pongas un temita suyo. Por favor óyela y obsérvala cantar desde el minuto 1:30 en el siguiente registro, y entra a su mundo por un instante:



Laura Nyro se tomaba con este nivel de riesgo se tomaba las cosas. Y ello le significó la no aceptación instantánea del público (me recuerda a Van Gogh, y tantos otros incomprendidos de sus respectivos tiempos!). Solo el paso de los años le han dado la razón, pues su música, siendo situada en su contexto, trascendía (que es el logro de los grandes). Ella canta desde lo más profundo, vuelve su texto y sonoridad una conversación, un diálogo íntimo, lleno de matices, que bien pueden hacerte vibrar seas de la generación del 60 o ahora de inicios del siglo XXI. Estoy muy seguro que si Shakespeare la oyera al momento de pensar sus obras, también lo interpretaría. Y lo mismo sucedería y sucederá en cualquier época.

Nyro es lúcida, intransigente con su apuesta, firme en la delicadeza y elaboración. Honesta, se da tiempo y nos invita a tomarnos un tiempo, a sentir el paso del tiempo, a apreciarlo. Darse el tiempo. No es fácil parar y ser. Pero es la vía para que la belleza advenga y acontezca. Si no, ésta siempre se nos escapa y en la rapidez de la existencia urbana solo a veces logramos aproximarnos a un pálido reflejo de ella (no quiero pensar en la espantosa torre de Paulman cubriendo la cordillera, pero ahí está ese homenaje fálico facho a la fealdad "emprendendora" que caracteriza a nuestra época). ¿Puedes darte el tiempo para abordar a Laura Nyro de lleno? Nyro te invita a aquello, a darle expresión al drama de la vida, desde un punto de vista personal y cuidado estético. Sensual/intelectual. ¡Qué combinación más difícil! (y seductor)...

La canción Poverty Train fue recogida en el segundo álbum de Laura Nyro, con David Geffen de productor y los arreglos son de Charlie Callelo. Laura se entrega, pero te exige que la sigas, te abre al misterio como en una fiesta, pero éste tiene momentos de euforia y también de pausa, el descanso de la escalera antes de seguir subiendo o bajando. Nyro lo tiene asumido. La vida no es un "avanzar sin tranzar" (ya estoy mostrando la hilacha), sino un llevarse a sí mismo, con otros y entre otros pero tratando de ser uno mismo, por los vericuetos de la existencia con sillas que te invitan a parar (churra, estoy polemizando nada más ni nada menos que con Silvio, alérgico a esas sillas al bordel camino). Aunque luego debamos abandonarlas para volver al trote de galope, esas sillas no son tan malas, siempre y cuando seamos nosotros mismos que las elaboramos para elaborarnos. "Habrá trenes de flores, habrá trenes de música, habrá trenes de confianza" canta Nyro, ¿puedes seguirla? Te invito a dejarte rozar por su belleza lúdica. Una blanca cantando soul/gospel y Rythm&Blues legándonos un testimonio rupturista para su tiempo. Maravilloso!


Sus temas fueron interpretados por importantes bandas, que se hicieron en parte famosos por la calidad musical de Laura Nyro. Así por ejemplo los Blood, Sweat & Tears que cantaron "And when I die" que aparecía en el primer disco de Nyro ("More than a New Discovery" de 1966):


El grupo de rock Three Dog Night también saltó al estrellato haciendo un cover de la canción "Eli's coming" que era el sexto tema del disco de Laura Nyro (el trabajo me recuerda mucho a los arreglos de "Jesucristo Superstar" de Andre Lloyd Weber):




Pero yo me quedo con el expresionismo poético de Laura Nyro, sus cambios rítmicos que dan espacio para lo íntimo, para el secreto, para el grito que viene de adentro y la dulzura que a veces nos sale violenta, pero desde la ternura que no se rinde ni teme mostrarse y exponerse. Así, por ejemplo, el temazo "New York Tendaberry" del disco homónimo de Nyro, de junio de 1970 (año en que nací). Me conecta con zonas de mi interior, que no tengo resueltas, pero que están ahí latentes y buscan su forma de expresión. Laura Nyro ofrece un camino para aquello.




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