Se nos viene otro 8 de marzo, ocasión propicia para reivindicar las huellas de esta gran mujer, Rosa Luxemburgo, revolucionaria, feminista y antimilitarista. Una estudiosa e intelectual original, crítica inclaudicable, dirigente pública y oradora ejemplar, valiente. La admirada Rosa... La sigo en su vida y en su trágica muerte, en su ...entrega generosa, en su intransigencia democrática. ¿Cómo no admirar a quién tuvo la genial idea de reinvindicar a Espartaco para nuestros tiempos modernos?
¡Viva Rosa! ¡Vivan las Rosas del mundo! ¡Vivan las luchas de las mujeres por un mundo más justo para todos/as! ¡Abajo toda forma de discriminación e intolerancia!¡Viva la pluralidad real, no formal, sino con ejercicio efectivo de derechos!
Aquí algo sobre su vida y pensamiento:
El 15 de marzo de 1871, en Zamosc, cerca de Lublin, en la Polonia anexada por el imperio ruso, nació Rosa, hija del comerciante en maderas Eliasz Luxemburg III y de Line Lowenstein, quienes ya tenían otros cuatro hijos. La última llegó al mundo con una insuficiencia en el crecimiento y una malformación de cadera que la discapacitaron de por vida. Con la mudanza de la familia a Varsovia, Rosa ingresó a un instituto femenino de segunda enseñanza y a los 15 años comenzó a militar en el partido izquierdista Proletariat, que fue diezmado por las autoridades tras organizar una huelga general.
En 1887 Rosa terminó el secundario – con notas altas – y escapó a Suiza para evitar su detención. En la universidad de Zurich estudió filosofía, historia, economía y matemáticas, especializándose en Teoría del Estado, Edad Media y crisis económicas.
En 1893, junto a Leo Jogiches y Julius Karski fundó el periódico La Causa de los Trabajadores, que combatía las políticas nacionalistas del Partido Socialista Polaco. Rosa Luxemburgo creía que la lucha debía ser contra el capitalismo y no por una Polonia independiente. Pronto, con Leo Jogiches, fundo el Partido Socialdemócrata de Polonia, que mas tarde lo fue de Polonia y Lituania. Rosa Luxemburgo fue la principal teórica de la socialdemocracia polaca aunque vivió la mayor parte de su vida en Alemania, cuya ciudadanía obtuvo en 1898 al casarse con Gustav Lubeck, con quien se radicó en Berlín. Allí participó del ala mas izquierdista del Partido Socialdemócrata Alemán y su habilidad retórica la convirtió en una de las líderes.
A partir de 1900, Luxemburgo publicó artículos sobre problemas económicos y sociales, fue encarcelada tres veces pero nunca abandonó su lucha política. En 1912, en un congreso socialista en París, propuso junto a Jean Jaures que, en caso de estallar la guerra, los partidos obreros de Europa debían declarar la huelga general. Cuando finalmente comenzó la guerra, los diputados socialdemócratas votaron lo contrario. Para Rosa Luxemburgo fue una derrota que la llevó al abismo emocional.
Con Karl Liebknecht, Clara Zetkin y Franz Mehring, creó en agosto de 1914 un grupo de lucha que, posteriormente, se convertiría en la Liga Espartaquista. Escribían panfletos que firmaban “Espartaco”, como el gladiador que sublevó a los esclavos de Roma. La Liga rechazó la postura de los diputados y convocó a una huelga general: Rosa fue presa. Al salir de la cárcel fundó el periódico La Bandera Roja y luego el Partido Comunista de Alemania. Una nueva oleada revolucionaria surgió y fue aplastada, Rosa Luxemburgo y Liebknecht fueron capturados en Berlín el 15 de enero de 1919 y asesinados ese mismo día: Rosa fue muerta a culatazos y su cuerpo arrojado al río. Este es su pensamiento:
- ¿Cómo analiza usted la función de los sindicatos?
- Los sindicatos no son más que una organización defensiva de la clase obrera contra los ataques de la ganancia. Reflejan la resistencia obrera ante la opresión de la economía capitalista. Por un lado, los sindicatos tienen la función de influir sobre la situación del mercado de fuerza de trabajo. Pero esta influencia se ve constantemente superada por la proletarización de las capas medias de nuestra sociedad, proceso que aporta constantemente nueva mercadería al mercado del trabajo. La segunda función de los sindicatos es la de mejorar la situación de los obreros. Es decir, incrementar la parte de la riqueza social que estos reciben. Esta parte, empero, se ve constantemente reducida con la ineluctabilidad (inevitabilidad, que no puede lucharse contra ello) de un proceso natural: por el incremento de la productividad del trabajo. En otras palabras, las condiciones objetivas de la sociedad capitalista transforman las dos funciones económicas de los sindicatos en una suerte de trabajo de Sísifo que es, de todas maneras, indispensable. El hecho es que los sindicatos son los menos capacitados para lanzar una ofensiva económica contra la ganancia.
- Algunos liberales, no todos, vinculan democracia con sistema capitalista, como condiciones naturales de los dos términos. ¿Usted qué opina?
- Cuando el capitalismo comenzó como primera forma de producción de mercancías, recurrió a una constitución democrática en las comunas municipales del Medioevo. Luego, cuando desarrolló la manufactura, el capitalismo encontró su forma política correspondiente en la monarquía absoluta. Por último, como economía industrial desarrollada, engendró en Francia la república democrática de 1793, la monarquía absoluta de Napoleón I, la monarquía nobiliaria de la Restauración (1815-1830), la monarquía constitucional burguesa de Luis Felipe, nuevamente la república democrática, nuevamente la monarquía de Napoleón III finalmente, por tercera vez, la república. La victoria ininterrumpida de la democracia, que tanto para el revisionismo como para el liberalismo burgués parece una gran ley fundamental de la historia humana y, sobre todo, de la historia moderna, demuestra ser, luego de una mirada más profunda, un fantasma. No puede establecerse una relación absoluta y general entre desarrollo capitalista y democracia. La forma política de un país es siempre resultado de la combinación de todos los factores políticos existentes, tanto internos como externos. Debemos concluir que la democracia no adquiere mayores posibilidades de sobrevivir en la medida en que la clase obrera renuncia a la lucha por su emancipación, sino que, por el contrario, la democracia adquiere mayores posibilidades de supervivencia a medida que el movimiento socialista se vuelve lo suficientemente fuerte como para luchar contra las consecuencias reaccionarias de la política mundial y la deserción burguesa de la democracia. Quien desee el fortalecimiento de la democracia, debe también desear el fortalecimiento, y no el debilitamiento, del movimiento socialista. Quien renuncia a la lucha por el socialismo, renuncia también a la movilización obrara y a la democracia.
- ¿Cómo definiría a la justicia burguesa?
- La justicia de las clases burguesas es como una red que permite escapar a los tiburones voraces, atrapando únicamente a las pequeñas sardinas. Los especuladores que ganan millones son absueltos o han recibido penas ridículas. Los ladronzuelos, hombres y mujeres, son sancionados con severidad draconiana. Agotados por el hambre y el frío, en celdas sin calefacción, estos seres abandonados por la sociedad esperan piedad y compasión.
- El sistema suele presentar las crisis económicas, muchas veces provocadas por sus beneficiarios, como fenómenos casi naturales. ¿Coincide con esa apreciación?
- Sí, efectivamente, y lo más notable de esto es que todos los afectados, el conjunto de la sociedad, consideran y tratan a la crisis como algo fuera de la esfera de la voluntad y el control humano, un golpe fuerte propinado por un poder invisible y mayor, una prueba enviada desde el cielo, parecida a una gran tormenta eléctrica, un terremoto, una inundación.
- Si tuviera que elegir un pensamiento propio o ajeno para despedirnos, ¿Cuál sería?
- Elegiría las palabras de uno de nuestros escritores clásicos, un hombre que no era un revolucionario proletario sino un espíritu revolucionario proveniente de la clase media. Me refiero a Lessing, y paso a citar un pasaje que siempre ha suscitado mi interés y simpatía: “No sé si es un deber sacrificar la felicidad y la vida en aras de la verdad. Pero si sé que tenemos el deber, si queremos enseñar la verdad, de enseñarla completa o no enseñarla, enseñarla con claridad y franqueza, sin equívocos ni reservas, inspirados por la plena confianza en su poder. Cuanto más grosero el error, más corto y directo es el camino que conduce a la verdad. Pero un error altamente sofisticado nos alienará permanentemente de la verdad, tanto más cuánto nos cueste comprender que se trata de un error. Quien piense en llevar a la humanidad la verdad enmascarada y pintarrajeada, puede ser el alcahuete de la verdad, pero jamás ha sido su amante”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario