09 diciembre 2010

El "relojero" de la calidad

Manuel Guerrero, sociólogo  
"El mensaje más potente es que, con o sin ley de aseguramiento de la calidad, con o sin procesos de acreditación, en toda la Facultad de Medicina los haremos igual, por el solo gusto de hacer las cosas bien, porque ese debe ser el sello de la Universidad de Chile".

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Sociólogo Manuel Guerrero.

Como un artesano relojero, trabaja para articular cada una de las piezas que componen los procesos de aseguramiento de la calidad en vínculo con la innovación curricular, para que la cuenta regresiva de aquí al 2012 encuentre a las ocho escuelas de pregrado de nuestro plantel listas para formar a los nuevos profesionales de la salud que el país necesita.

Por lo mismo, Manuel Guerrero -nuevo asesor en Gestión Curricular- sabe que no hay tiempo que perder, piezas prescindibles o trabajo que dar por sentado. "El proceso de innovación curricular en la Facultad de Medicina es tremendamente positivo, partiendo por su carácter pionero. Que una cultura organizacional tan fuerte como son las ciencias de la salud asuma el desafío de pensar, diseñar e implementar la enseñanza aprendizaje desde el enfoque por competencias es un tremendo avance", destaca.

Sin embargo, añade, "ahora se requiere que lo que ya se ha ido instalando en el imaginario colectivo de académicos, directivos y estudiantes, en la comunidad en general, vaya mostrando productos cada vez más tangibles. Eso implica que el enfoque en competencias llegue al aula, por los efectos positivos que tiene para el proceso formativo, liberando tiempo a los estudiantes lo que permite ejercer mayor ciudadanía, participar de actividades artísticas o deportivas. El desafío, entonces, es pasar de lo que fue crear conciencia acerca de esta necesidad -que va muy a tono con las reformas que están ocurriendo en distintas partes del mundo-, a exhibir productos concretos, lo que implica una meta real, que para el 2012 estén las carreras todas innovadas, en distintos grados, tal como ya está sucediendo".

Para ello, su aporte será "desde la gestión curricular ligada al aseguramiento de la calidad, de manera que la innovación ya no esté a nivel de comisiones -trabajo que igualmente hay que realizar, porque ahí es donde se legitima este proceso para que no sea una decisión de autoridades, sino de todos los que, juntos, imparten docencia- sino que llegue al estudiante. Eso implica conciliar múltiples necesidades, por ejemplo: coordinación de aulas y nueva infraestructura, para que ocurra de una manera distinta de hacer una enseñanza basada en casos. Pero, también, significa un desarrollo más vinculado al postgrado, a los campos clínicos, al propio hospital. Había que pasar este proceso de diseño; errar, ensayar y mejorar en el camino, pero ahora es el momento de ponerse metas muy concretas, hacer el monitoreo, tomar las acciones y hacer que la innovación ocurra".

"Somos una facultad donde la Universidad de Chile se puede ver reflejada"
Con ese fin, explica que lo que viene es ligar el proceso de innovación curricular con las distintas instancias de aseguramiento de la calidad que ya existen en la facultad. "Así, se transforma en una pieza maestra que permite ordenar distintos esfuerzos que se están realizando. Por ejemplo, una de las metas es disminuir el tiempo de estudio presencial de los alumnos, necesidad que se detectó a nivel de acreditación institucional durante el 2004. Entonces hay que reducir la carga horaria, pero no a cualquier costo: tiene que ser sobre la base de asegurar que el proceso de enseñanza ocurra. Por eso es que se deben alinear distintas iniciativas que se están realizando en toda la facultad, como las comisiones locales y central de acreditación; las comisiones locales y central de Innovación Curricular; los programas de diploma que ofrece el Departamento de Educación en Ciencias de la Salud; los talleres de habilitación docente; los proyectos de la Dirección de Asuntos Estudiantiles, entre otros. Es decir, hay una serie de medidas de modernización de la gestión académica que hay que articular, de manera que permitan que la innovación ocurra: que estén listas las salas y sus implementos, que el profesor tenga su nuevo diseño curricular y esté cómodo y preparado para ello; que el ICBM siga dialogando con las carreras de pregrado, y que éstas tengan una mayor conectividad con el postgrado".

¿Como se inserta este proceso en el que está viviendo la Universidad de Chile, de acreditación institucional?
La Facultad de Medicina tuvo una participación muy especial en el 2004, durante la primera acreditación institucional, cuando se obtuvo el plazo máximo en las seis áreas que se consideraban en aquel momento: docencia de pregrado y gestión institucional, ambas obligatorias; y docencia de postgrado, investigación, vinculación con el medio e infraestructura y equipamiento, de carácter voluntario. Nuestra facultad fue uno de los casos de estudio para mostrar cómo funciona el conjunto de la universidad, por su gran complejidad. Es muy posible que los pares evaluadores externos vuelvan a visitarnos, porque hay un tremendo interés en cómo se realiza la docencia en un plantel donde se hace investigación y asistencia, en campus presentes en todo Santiago. Por eso es que colaboramos con esta etapa de reacreditación institucional, recopilando información de todos los avances de los últimos siete años; si a eso le agregamos nuestro proceso de innovación... somos una facultad donde la Universidad de Chile se puede ver reflejada.


¿Quién es?

Manuel Guerrero Antequera es sociólogo, académico e investigador, candidato a Doctor en Sociología por la Universidad Alberto Hurtado, y egresado del programa de doctorado en Filosofía, mención Filosofía Política y Axiología de la Universidad de Chile.

Se desempeñó como asesor profesional de la Unidad de Autoevaluación, Acreditación y Calidad del Comité de Autoevaluación Institucional de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos de la Universidad de Chile, colaborando en el diseño, organización y supervisión de las actividades vinculadas a los procesos de autoevaluación y acreditación para fines de mejoramiento en Facultades, Institutos y Centros, así como en programas académicos, de acuerdo a los lineamientos estratégicos de la corporación.

Además, fue secretario técnico de las Comisiones de Pares en la Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado, CNAP, y coordinador institucional de Licenciamiento de Universidades e Institutos Profesionales nuevos del Consejo Superior de Educación. Es miembro de la Comisión de Ética de la Facultad de Medicina y concejal de la comuna de Ñuñoa.

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